Abre hoy la variante que despejará de tráfico el centro de Durango después de 14 años

Además de a los residentes, este proyecto satisface la demanda de cientos y cientos de conductores, hartos de las retenciones que se producen a diario y el tiempo que tardan en salir del municipio. «Va a ser una maravilla para los que tenemos que viajar a diario a Álava, porque lo que se tarda ahora, con tantas rotondas y pasos de cebra para salir de Durango, no es normal», coincide un vecino de Matiena que trabaja en Vitoria.

La primera fase de este proyecto se inició en 2010 y finalizó dos años después con un coste de 900.000 euros. En septiembre de 2014 se dio por concluida la segunda con un desembolso de 1,2 millones y tras cuatro años sin movimientos, en 2019 culminó la tercera parte. El último tramo que comenzó hace dos años unirá Tabira con la rotonda de la empresa Ona y la zona comercial de Montorreta. El Ayuntamiento destinó para ello 3,5 millones, cantidad que se recuperará después «a través de las cargas de urbanización que deberán abonar los futuros propietarios de los terrenos», según fuentes municipales.

«Entrar y salir del municipio a día de hoy es una desesperación, así que nos alegra saber que se le va a poner remedio a los problemas de tráfico después de tantos años. El cuello de botella que se forma en el centro del municipio es horroroso», se queja un taxista, con dos décadas de recorrido profesional.

Creación de empleo

Otro de los objetivos del proyecto es impulsar el desarrollo económico mediante la creación del futuro polo industrial de Eguskitza, facilitando a las empresas su implantación, una demanda que lleva sobre la mesa más de una década y que pese a este nuevo empujón todavía no se tiene fecha para cerrar de manera definitiva el anillo. De esta manera, se quiere fomentar la creación de empleo para la comarca.

Se trata de una infraestructura clave para mejorar la movilidad y descongestionar el tráfico en el municipio, permitiendo una conexión más ágil entre diferentes zonas de la localidad y su entorno. Como parte de estas obras, el Consistorio instaló el pasado mes de octubre dos controles de gálibo, diseñados para regular el tráfico y limitar el paso de vehículos de gran tonelaje. Esta medida tiene como objetivo principal proteger el entorno urbano y minimizar el impacto de camiones pesados en las infraestructuras viales locales, mejorando así «la calidad de vida» de la ciudadanía.

Esta nueva variante será inaugurada mañana por las autoridades municipales, poniendo fin a uno de los mayores conflictos viarios que sucede en esta localidad de la comarca desde hace varias décadas.