marta goikoetxea
Viernes, 28 de noviembre 2014, 01:01
Durango quiere agotar todos los cartuchos de que dispone para sacar adelante la promoción de VPO de Faustegoiena. Para responder a la escasez de demandantes, el Ayuntamiento se ha visto obligado a modificar varios puntos de la normativa relativa a la construcción de estas viviendas. ... Tras abrir a principios de año las condiciones de empadronamiento y extender la convocatoria de acceso a los pisos a toda Bizkaia con el fin de encontrar posibles interesados, la Corporación ha vuelto a dar un paso para facilitar que el proyecto se pueda materializar lo antes posible.
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La medida, que fue aprobada en el pleno del miércoles con el apoyo de PNV, PP y PSE, mientras que Aralar y Bildu votaron en contra, permitirá que las 70 viviendas puedan acometerse en dos fases. Las primeras 35 irán en la parcela C1 y, posteriormente, se continuará con las siguientes en la C2. Una vez que se ocupen los pisos del primer tramo, se dará arranque a su construcción. Sin embargo, de momento, sólo 19 familias se han interesado en formar parte de esta cooperativa.
La portavoz del grupo socialista, Pilar Ríos, recordó en su intervención que la construcción de las viviendas de Faustegoiena procede de un «acuerdo firmado entre el PNV y el PSE-EE en 2010, cuando los datos de personas demandantes de vivienda eran completamente diferentes a los actuales». En ese año, precisó que «había más de 1.000 personas solicitando vivienda en propiedad y ahora es mayor el número de personas que demandan alquiler». Ante esta situación, Ríos, admitió que estarían «de acuerdo en que el 100% se destinará a alquiler». Sin embargo, matizó que «lo primero que tenemos que hacer es que salga adelante el proyecto».
Aralar y Bildu fueron muy críticos sobre la política de vivienda que está desarrollando el equipo de gobierno. «El 78% de los vecinos apuntados en Etxebide demandan alquiler y la oferta pública apenas llega al 16%. Eso evidencia que no estamos actuando bien si damos esas respuesta. Esto es un ejemplo de una gestión pobre, la vivienda no ha sido para vosotros un derecho de la ciudadanía sino un producto para hacer caja», reprochó Dani Maeztu. «Aunque cambies la normativa mil veces la escasez de demandantes no va a cambiar», advirtió Jon Bingen Landabidea.
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