La Renta de Garantía de Ingresos, pese a lo que muchos puedan pensar, no siempre va de la mano del desempleo. Así se desprende de la información que maneja Lanbide, que publica este lunes los datos de perceptores en marzo. Y es que dos de ... cada diez vizcaínos que percibieron esta prestación en marzo tenían un «trabajo precario», 6.531 de los cerca de 34.000 titulares de esta ayuda en el territorio. Son casi 1.600 más que hace un año.
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Ese aumento se enmarca en el crecimiento generalizado de expedientes, a raíz de la entrada en vigor el 29 de marzo de 2023 de la nueva ley que regula este sistema de inclusión. Esa normativa flexibilizó los requisitos para poder optar a esta ayuda en algunos supuestos, al tiempo que facilitó los trámites burocráticos, que en ocasiones se convierten en la primera barrera de acceso.
Otro de los colectivos más relevantes en la estadística del Servicio Vasco de Empleo es el de los pensionistas. 8.645 vizcaínos en esa situación se ven obligados a recurrir a la RGI para llegar a fin de mes, un millar más que un año antes. También hay 2.658 personas en exención del mercado laboral, que son valorados como no aptos para trabajar por razones sanitarias, personales o sociales.
¿Y esto que supone? Pues que más de la mitad de los titulares de la renta de garantía de ingresos en Bizkaia o ya trabajen o no puedan hacerlo. En uno de cada cuatro hogares vizcaínos en los que entra esta prestación, hay menores. Y sí que llama la atención en este caso que, más de la mitad de los 8.408 titulares con niños a su cargo, son desempleados.
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A nivel general destaca que, en el último año, se han incorporado a la RGI en Euskadi más de 600 mujeres víctimas de diferentes formas de violencia, hasta alcanzar las 2.273. En ese sentido, desde el Departamento de Trabajo y Empleo detallan que «hay 531 mujeres víctimas de violencia de género que, gracias a la relajación de requisitos para sus situaciones de especial vulnerabilidad –ya no necesitan antigüedad en el padrón–, han podido acceder (en el último año) a la garantía de unos ingresos que les permiten empezar una vida alejadas de sus agresores». También se han incorporado 53 víctimas de violencia doméstica, 13 de trata de seres humanos y 6 de explotación sexual.
El nuevo modelo, sostienen, también «ha permitido emprender un proyecto vital propio a 224 personas procedentes de sistemas de protección de menores, a 503 refugiadas, 229 acogidas a protección temporal, 7 víctimas de terrorismo que tuvieron que exiliarse y que han vuelto a Euskadi, y otras 4 procedentes de colectividad vasca en el exterior».
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