Otros doce años y medio de cárcel para los asesinos de Josetxu

Mohamed Achraf y Hedangeline Candy Arrieta fueron condenados la semana pasada a 34 años de prisión por el asesinato de José Antonio Delgado, informático de Getxo de 54 años, al que llegaron a enterrar vivo. Una semana antes se había celebrado este otro juicio contra ellos y tienen pendiente un tercero.

El último fallo les considera autores de los delitos de robo con violencia y uso de instrumento peligroso (4 años), lesiones (6 meses), detención ilegal (4 años y medio), tenencia de armas prohibidas (1 año) y pertenencia a grupo criminal (dos años y medio).

La sentencia considerado probado que entre los tres crearon un perfil de mujer en la red social de citas Badoo con el fin de asaltar a hombres para robarles. El 26 de julio de 2019, la víctima de este caso contactó con Hedangeline, que se hacía llamar Daniela Mendoza, y quedó con ella esa misma noche en la localidad de Gallur (Zaragoza).

Cuando llegó al volante de su 'Renault Clío' rojo, Hedangeline le pidió que le llevara a casa de su abuelo a por una chaqueta porque tenía frío, y le condujo por un camino aislado. Se bajó del coche y le pidió que apagara las luces, momento en que fue abordado por Mohamed y José Antonio, que le sacaron del coche por la fuerza, le tiraron al suelo y le ataron las manos y los pies con bridas y una cuerda.

Para evitar que gritara, le pusieron cinta americana en la cara y le colocaron el filo de una navaja en el cuello. Se apoderaron de su reloj Casio, de su teléfono móvil, la tarjeta de crédito, 55 euros y hasta las zapatillas Munich que llevaba puestas. Entonces, intentaron meterle en el maletero, pero estaba roto, así le colocaron en el asiento del copiloto con la cabeza bajada.

Le amenazaron para que les revelara el número PIN de su visa y cuando se lo dio, le dejaron abandonado. El hombre pudo desatarse y acercarse hasta una casa donde pidió ayuda y llamaron a la Guardia Civil. Fue trasladado al hospital Clínico de Zaragoza, donde permaneció un día ingresado con múltiples lesiones y hematomas de los golpes por todo el cuerpo.

Al día siguiente, intentaron sacar dinero de su cuenta, pero como había bloqueado ya la tarjeta, el cajero se la tragó y no pudieron. El Clío fue desguazado en la nave-taller donde vivía la pareja en Pedrola, y donde fueron localizadas las piezas. Pese a que son insolventes, el fallo prevé que indemnicen a la víctima con 5.627 euros.