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Nueva noche de aglomeraciones y botellones en el centro de Bilbao que se saldaron con cinco detenidos. Varias unidades de la Ertzaintza tuvieron que intervenir ... la pasada madrugada para disolver a los cientos de jóvenes que se congregaron en la zona de Pozas y Doctor Areilza.
Según ha informado el Departamento de Seguridad, tres jóvenes de 18, 20 y 21 años de edad fueron arrestados por un delito de desórdenes públicos tras su presunta participación en el lanzamiento de objetos contra los recursos policiales y cruce de contenedores. Por su parte, desde la Policía Municipal han confirmado el arresto por la misma causa de otras dos personas. Además, se denunció a 23 personas por práctica de botellón, a otras 7 por incumplimiento de ordenanzas municipales (orinar en vía publica), 5 por incumplimientos relacionado con el uso de la mascarilla y 8 denuncias a establecimientos de hostelería por distintas infracciones (de ellas 3 por horario).
Sobre las dos y media de la mañana, la multitud comenzó a tirar botellas a los coches y a los agentes de la Policía municipal y de la Ertzaintza que se habían desplegado en gran número en el cruce de Licenciado Poza con Doctor Areilza. Un fotografo de El Correo resultó herido con una brecha. Los agentes también tuvieron que actuar para disolver una pelea en el entorno de la discoteca Moma. Las miles de personas que habían tomado el centro de Bilbao fueron disolviéndose a partir de las tres de la mañana, cuando tuvo que cerrar la hostelería.
La de ayer era una tarde de viernes especial, con la Policía en alerta por los macrobotellones que se vienen produciendo en el centro de Bilbao que ponen en jaque a los vecinos y por el partido que disputaba el Athletic en San Mamés a las 21.00 horas, el primero desde antes de la pandemia con más de 28.000 espectadores. Por ello, la Policía Municipal y la Ertzaintza habían reforzado el dispositivo de seguridad ciudadana puesto en marcha para evitar las típicas multitudes que se formaban los días que los rojiblancos jugaban en casa y posibles problemas de orden público como los que se han registrado en la ciudad y en varios puntos de Euskadi durante todo el verano.
Pasada la medianoche, esta arteria ya estaba colapsada por miles de personas y apenas podían circular los coches, que se quedaban encajados entre la multitud. Algunos vecinos se quejaban también de actos incívicos, como botellas lanzadas al aire que acaban impactando en las fachadas. Los bares no han servido bebida a las personas que no están sentadas pero la gente tenía sus consumicionesn en bolsas.
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Como ya hiciera el día anterior, la Guardia Urbana acordonó la pérgola del parque de Doña Casilda -una medida que se mantendrá hoy- para evitar que los chavales se reunieran en grupos para beber. Con al menos tres coches patrulla en la zona, un apoyo de la Ertzaintza y varios agentes recorriendo el área a pie, no se registraron incidentes. Fuentes municipales explicaron que la vigilancia incluso se incrementó respecto a la jornada previa, cuando la presencia policial disuadió a muchos de montarse la fiesta en el parque. Estaba atestado sí, pero de parejas y de familias.
Sin embargo, desde las 19.00 horas, Licenciado Poza era ya un hervidero. La noche previa cuatro locales habían sido sancionados por servir alcohol para llevar, permitir el consumo de pie y vulnerar otras restricciones que posiblemente decaigan este martes con el fin de la emergencia sanitaria decretada en Euskadi. De nuevo, decenas de cuadrillas se aglomeraron en corros y bebieron de pie en la calle, sin mascarilla ni distancia. Muchos grupos de jóvenes consumían incluso bebidas adquiridas en el supermercado que guardaban en bolsas apoyadas en el suelo. Se pudo ver también en algún local de las cercanías del campo servir cañas para llevar, algo que aún está totalmente prohibido.
La intención del alcalde, Juan Mari Aburto, era que el dispositivo desplegado por la Ertzaintza en los aledaños de San Mamés prestara también atención a paliar los comportamientos incívicos. En un punto caliente como el cruce de Doctor Areilza con Licenciado Poza llegaron a apostarse tres furgonas y un coche de la Policía autonómica. Una decena de agentes permanecían, bien visibles, fuera.
La situación de mayor riesgo se produjo en el callejón de María Díaz de Haro, tomado por cientos de personas que bebían de pie y cantaban a pleno pulmón. Varias cuadrillas también prendieron bengalas. Apenas se podía caminar en esta plazoleta. La Policía Municipal pidió el apoyo de la Ertzaintza para entrar en la zona y abrir actas, aunque finalmente los mandos del cuerpo autonómico decidieron no intervenir porque ello hubiera implicado, con toda probabilidad, disturbios, problemas de orden público y de seguridad personal para los agentes.
La Brigada Móvil no se encontraba en ese momento en el lugar, aunque posteriormente acudió a un centro cercano. «Una vez que no has puesto un dispositivo preventivo en marcha en este punto no puedes meter en la boca del lobo a agentes de Seguridad Ciudadana que no disponen de los adecuados medios y ponerles en riesgo», explicaron fuentes del sindicato ErNE. Cuando el partido arrancó y la multitud se dispersó, agentes escoltaron a los servicios municipales de limpieza para que adecentaran la zona, que quedó acordonada a las 22.00 horas.
Poco antes de las cinco de la madrugada en Barakaldo, una patrulla de la Ertzaintza se percató de la presencia de un grupo de cinco personas bebiendo en la calle. Entre ellos, tres mujeres se han negado de manera reiterada a identificarse, llegando una de ellas a golpear a un ertzaina, por lo que ha sido detenida por un delito de atentado. Otra ha sido arrestada por desobediencia y a la tercera se le han abierto diligencias como investigada, también por desobediencia.
El gran despliegue llevado a cabo el jueves por la Policía Municipal y la Ertzaintza en Bilbao tiene ya cifras. La guardia urbana multó a un total de 62 jóvenes por hacer botellón. Además, sancionó a los responsables de cuatro bares. En tres de esos establecimientos se permitió «sacar bebidas y consumir en barra» y en el cuarto «consumir en barra y de pie», según señalaron fuentes municipales.
Los responsables políticos habían dado a los mandos unas indicaciones muy precisas: «Prevenir, sancionar y disuadir». Y a eso se dedicaron. Se felicitó por ello el alcalde, Juan Mari Aburto, quien ayer manifestó que la noche discurrió con cierta «normalidad», por lo que «el dispositivo ha funcionado». Con todo, admitió que «el fin de semana es largo» y se va a mantener la presión policial para evitar desmanes.
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