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El futuro de la humanidad se define en las ciudades. Naciones Unidas estima que para el año 2050 más del 70% de la población mundial residirá en urbes, las cuales se enfrentan a importantes retos. Uno de ellos es el climático. La concentración humana en grandes metrópolis contribuye a elevar los niveles de contaminación atmosférica y lleva a un «mayor consumo» de unos recursos hídricos y eléctricos finitos que las instituciones han de saber gestionar con eficacia. Las ciudades son consideradas la principal causa del calentamiento global, pero también un motor para mitigar los efectos que la crisis climática puede generar en la humanidad.
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Andrea Cimadevilla
Más de una treintena de expertos locales e internacionales se dieron cita ayer en San Mamés en la tercera edición del congreso 'Ciudades del Futuro' para discutir precisamente de las herramientas que podrían transformar las urbes en ciudades más sostenibles. Organizado por EL CORREO y patrocinado por Renfe, Iberdrola, la Diputación de Bizkaia, Visesa y el Departamento vasco de Vivienda y Agenda Urbana, los especialistas coincidieron en la necesidad de «proteger» el medio ambiente para garantizar el futuro urbano y en diseñar ciudades «accesibles e inclusivas» para las personas.
Porque otro de los desafíos de las sociedades actuales es saber «adaptarse» a los retos demográficos. Las instituciones no sólo deben aunar esfuerzos para proteger los recursos naturales y avanzar hacia un modelo de convivencia más ecológico, sino que también deben diseñar las ciudades atendiendo a las necesidades actuales: nuevos modelos de familia, unidades convivenciales más reducidas, el envejecimiento de la población...
«Hemos pasado de un modelo más expansivo a uno más contenido», avanzó Aitor Etxebarria, director de Desarrollo Territorial de la Diputación de Bizkaia durante la apertura del congreso. El responsable foral reconoció que el porvenir de las ciudades «es un gran reto que nos concierte a todos» y apuntó que es necesaria una «nueva mirada» a la hora de diseñar una localidad. «Hay que ser eficientes y salvaguardar el medio ambiente», lanzó.
«Hemos pasado de un modelo más expansivo de ciudad a uno más contenido»
«El transporte es un derecho social y el tren es clave para progresar hacia un modelo más ecológico»
«Es el momento decisivo para avanzar en transición energética; es el futuro de nuestro planeta»
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es otro gran reto. Y aquí, la movilidad y la transición energética juegan un papel trascendental. Ante unas ciudades cada vez más restrictivas con los vehículos privados, Sonia Araujo, directora general de Innovación, Sostenibilidad y Transformación Digital de Renfe, reconoció que el «transporte es un derecho social» y que el «ferrocarril es clave para progresar hacia un modelo más ecológico».
Por último, Eduardo Lobato, delegado comercial de la zona norte de Iberdrola, recalcó la importancia de convertir al «ciudadano en protagonista de la transición energética». «Estamos ante una revolución verde. Entendemos que es el momento decisivo para acelerar la transición energética porque es el futuro de nuestro planeta», concluyó.
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