Un director conciliador para levantar un Loiu en crisis

Sin embargo, el cargo que aún desempeña tiene una gran proyección social en la urbe ubicada en el norte de África. «Aquí las autoridades son el presidente de la ciudad-autónoma, el delegado del Gobierno, el vicario y, después, se puede decir que el director del aeropuerto, que es, junto a la terminal de ferries, el único cordón umbilical con la península», explica una persona del entorno de Grande. De Melilla han salido en los últimos tiempos varios directores de grandes aeropuertos, como es el caso de los actuales gestores de Valencia o Sevilla. Antes de dar el salto a estos destinos, se foguearon en tierras norteafricanas.

El director entrante en Loiu llegó a Melilla en 2013. Lo hizo en el departamento de operaciones, porque tiene un currículum eminentemente técnico. Grande es ingeniero aeronáutico. Además, tiene un grado en Ingeniería Aeroespacial y un máster en Estructuras de Edificación.

Deja un buen sabor de boca en el aeropuerto de la ciudad autónoma. «Durante su gestión se han hecho cosas muy buenas, como subir la categoría de operación de 2C a 3C, la modernización de la sala de embarque o diversas mejoras en los filtros de seguridad», asegura Raúl Lacárcel, portavoz del colectivo AeroSpotters Melilla, un grupo de aficionados a la fotografía y a la aviación que sigue muy de cerca la actualidad de este aeródromo.

Lacárcel define a Grande como una persona trabajadora y «proactiva». «Es un currante nato y una persona con la que puedes tratar por su sencillez y humildad», valora. Los sindicalistas de Melilla hablan también muy bien de su director saliente. «No puedo decir más que cosas buenas de él», apunta Manuel Cruces Galiano, delegado de Prevención de CC OO. «Ha dado siempre un trato exquisito a los trabajadores y es una persona afable y que se preocupa por los empleados que están a su cargo», añade. Cruces Galiano destaca también «su carácter trabajador y, sobre todo, conciliador».

En Loiu están a la expectativa. Los representantes de los trabajadores se debaten entre la esperanza y la prudencia. «El clima ha sido irrespirable en los últimos años con la directora saliente y esperemos que las cosas cambien para bien, pero veremos a ver...», apuntan fuentes sindicales.

Grande llegará a Bilbao en mitad de un nuevo conflicto laboral (algunos trabajadores de oficina acuden a su puesto vestidos de negro riguroso, en señal de luto). El enfrentamiento se arrastra desde 2019. Hay que recordar que con Echeverría tuvo lugar ese año la primera huelga del personal de Aena en la historia de Loiu, inaugurado en 2000. Entonces se llegó a un acuerdo para aumentar el personal en nómina, un pacto que, según las centrales, no se ha cumplido. «Se nos dice que no hay recursos económicos para ampliar plantilla y se cesa a dos eventuales, pero ahora se crea una nueva plaza para Echeverría (se quedará en el departamento de Ingeniería). Es increíble», critican. Grande afrontará este reto y el desafío también de levantar Loiu tras el mazazo del Covid-19.