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El Departamento de Medio Natural y Agricultura de la Diputación ha repoblado ya 152 de las 500 hectáreas del terreno que quedó calcinado en los montes que rodean Balmaseda y Zalla en octubre de 2022. Supone un tercio del área afectada por el incendio forestal ... más grave que se ha registrado en Bizkaia durante las últimas décadas, y el objetivo marcado es llegar a recuperar la cubierta natural en 298 hectáreas. El resto son zonas que deben quedar libres para facilitar el tránsito y para que, si volviera a desencadenarse una situación similar, sirvan de cortafuegos.
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Octavio Igea
Fue el fuerte viento el que provocó el suceso que mantuvo en jaque a la zona y a los servicios de emergencia durante 48 horas. La rama de un árbol rozó con el tendido eléctrico en una ladera del Arbaliza en una temporada especialmente seca. Combinación letal que provocó unas llamas muy virulentas y de movimientos imprevisibles. Un centenar de bomberos combatieron un incendio que, según los expertos, tenía fuerza para haber destruido el triple de terreno. No hubo que lamentar daños personales, pero los materiales fueron cuantiosos: 45.000 árboles quemados, una veintena de animales muertos -vacas y yeguas- y especies que no han vuelto a verse por la zona. Los cálculos más optimistas consideran que el paraje tardará aproximadamente una década en recobrar su antigua imagen.
El balance de cómo van las cosas ha sido remitido por el Ejecutivo vizcaíno a las Juntas Generales a petición de EH Bildu. Ahí se revela, por ejemplo, que buena parte de los 40.000 metros cúbicos de la madera que resultó quemada ha conseguido venderse a empresas del entorno por un valor global de 2,3 millones. No es una cuestión menor porque parte del terreno que resultó calcinado en Zalla y Balmaseda es utilizado por los ayuntamientos para plantar árboles con fines comerciales y obtener unos beneficios que resultan muy importantes a la hora de conformar sus presupuestos. No obstante, la mitad del dinero obtenido ha ido a parar a las arcas forales para formar parte del Fondo de Mejoras que dedica, entre otras cosas, a enfrentar la repoblación de la zona, cuyo coste asciende hasta ahora a 429.000 euros.
bomberos trabajaron en la extinción del fuego, que se dio por controlado tras 48 horas de tensión por la voracidad de las llamas y su rumbo cambiante.
árboles y una veintena de animales se llevó por delante el incendio en los montes que rodean Balmaseda y Zalla. Se calcula que la zona tardará una década en recuperar su aspecto.
millones han recaudado los ayuntamientos propietarios de los terrenos afectados con la venta de la madera quemada, la mitad se ha destinado a un Fondo de Mejora de la Diputación para la conservación de espacios naturales.
euros han costado hasta ahora las tareas para repoblar los parajes devastados por el incendio.
La previsión del área foral de Espacios Naturales es replantar hasta veinte especies en la zona fomentando la diversidad. 20 hectáreas las ocupan diferentes tipos de pinos y el resto robles, castaños, secoyas y las llamadas «especies de acompañamiento». Abedules, cerezos, manzanos y una serie de plantas y arbustos. Las especies han sido elegidas en base a criterios «ambientales, sociales y económicos». Existía cierta prisa porque, además de ayudas a ir recuperando el terreno, las plantaciones deben ayudar a frenar la expansión de las mimosas, una especie exótica catalogada como invasora que ha multiplicado su presencia en los montes afectados aprovechando las zonas que habían quedado 'libres'.
El incendio de hace 22 meses se llevó ejemplares que habían sido plantados en la zona en la década de los 70. En algunos casos su altura superaba los 25 metros así que la estampa dista mucho de la actual. De no divisarse el núcleo urbano de Balmaseda - forman parte del extenso territorio de la villa 348 de las 500 hectáreas calcinadas- por la frondosidad se ha pasado a un paisaje lunar. Las nuevas plantaciones están ahí, pero necesitan tiempo así que entretanto desde los montes afectados se divisa con absoluta nitidez todo el entorno: los municipios cercanos, la Sierra Salvada, el Parque Natural del Gorbea...
Lo que desapareció rápidamente es el rastro negruzco que suele dejar el rastro del fuego. Los equipos del Departamento de Medio Natural y Agricultura de la Diputación retiraron rápidamente las especies calcinadas y los árboles muertos para intentar evitar que transmitiesen al resto enfermedades y el mal fuera mayor.
El Gobierno foral explica ahora que el proceso de reforestación arrancó el 26 de octubre de 2022, al día siguiente de que se diese por extinguido el incendio desatado 48 horas antes. El primer paso fue el citado de la retirada de madera y después tocó preparar el terreno para las nuevas plantaciones. Los dos procesos requirieron un plazo de tres meses, así que las semillas de las primeras especies que deben devolver la vitalidad a la zona fueron depositadas en torno a febrero del año pasado.
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