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Las Juntas Generales han aprovechado su penúltimo pleno de la legislatura -el Parlamento vizcaíno será disuelto el próximo 4 de abril con la convocatoria oficial de las elecciones- para intentar corregir la situación que se registra en Esnatu, el servicio de atención psicológica a víctimas ... de violencia de género de la Diputación. Desde el pasado diciembre se sabe que, ante el progresivo incremento de casos, existe una lista de espera de hasta doce semanas para las mujeres que padecen situaciones «menos graves».
Un acuerdo a tres bandas entre PNV, PSE y EH Bildu que también apoyaron Elkarrekin Podemos y PP hizo que la Cámara haya aprobado por unanimidad la tarde de este miércoles una iniciativa en la que se insta al Gobierno foral a «fortalecer» el programa Esnatu. Las Juntas llaman a «dotarlo de los recursos necesarios», económicos y de personal, para que todas las mujeres que soliciten ayuda sean atendidas «a la mayor brevedad posible acortando los plazos actuales».
El acuerdo alcanzado en Gernika tiene rango de proposición no de norma, por lo que técnicamente no resulta vinculante para la Diputación, pero el consenso político suscitado en las Juntas y que sean las fuerzas que sustentan al Gobierno vizcaíno las que facilitaron la aprobación de una iniciativa llevada al pleno por EH Bildu garantiza su implementación.
El número de denuncias por maltrato se ha incrementado un 5% durante el último lustro en Bizkaia. Los expertos lo atribuyen a que las campañas de sensibilización están ayudando a que cada vez afloren más casos más que a un empeoramiento de la situación. El año pasado fueron 2.307 las mujeres que acudieron a la policía, y 1.607 personas -el 5% hombres- recibieron asistencia psicológica de la Diputación a través del programa de diagnóstico y atención gratuito que ofrecen especialistas ubicadas en siete oficinas diseminadas por todo el territorio: Bilbao, Markina, Zalla, Ugao, Durango, Gernika e Igorre. La asistencia suele durar una media de cuatro meses, y también se presta a víctimas de agresiones sexuales.
Aunque en los casos «graves» la atención que reciben las víctimas es «inmediata», la diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, explicó hace unos meses que algunas de las oficinas de atención no dan abasto y se ven obligadas a posponer algunas atenciones. A todas las mujeres se les toman los datos en una primera llamada en la que se pone fecha a un encuentro presencial, el problema es que mientras en Igorre esas citas son casi al momento en la zona de Gernika la demora llega a las tres semanas y en la de Bilbao, a doce. Un escenario que ha generado fuertes críticas de la oposición. «La atención es imprescindible, pero demorarla puede hacer que una mujer que se ha pensado mucho dar el paso se eche atrás», advirtió la juntera de EH Bildu Bea Ilardia.
El mes pasado Laespada ya sugirió la necesidad de mejorar las prestaciones de Esnatu. Ayer la apoderada socialista Begoña Gil reconoció el «colapso» y desveló los planes que tiene la Diputación al respecto: además de dotar de más personal al servicio, está previsto abrir nuevas oficinas de atención en diferentes comarcas, aunque no precisó donde.
La propuesta aprobada también insta a la Diputación a garantizar la asistencia a menores que hayan estado expuestos a situaciones de violencia sexista o intrafamiliar aunque no se cuente con la autorización del padre siempre que exista una denuncia penal o la situación quede acreditada por los servicios sociales. Los sistemas forales atienden ahora mismo a 141 menores, 113 niñas y 28 niños afectados por violencia vicaria.
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