Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El 60 % de la superficie de nuestro territorio se considera forestal. Y desde el 15 de septiembre hasta mediados de abril -y en especial, durante febrero y marzo- Bizkaia está en alerta por riesgo de incendio. Durante este periodo de tiempo es cuando se generan ... las condiciones propicias para la expansión del fuego, porque la vegetación está seca, hay viento sur frecuente, rachas fuertes y una humedad relativa baja. Siempre hay más afección en estas fechas. La cosa se complica cuando confluye «la regla de las tres treintas». Más de 30 grados de temperatura, menos de un 30% de humedad y vientos de más de 30 kilómetros por hora. Aun así, ninguna de esas causas origina, por sí sola, un incendio.
La mano del hombre -excepto en casos excepcionales, como durante las tormentas- está siempre detrás de estos episodios, ya sea por interés económico, negligencias o enfermedad, explica Carlos Uriagereka, jefe del Servicio de Montes de la Diputación. A pesar de ello, Bizkaia lleva unos treinta años sin padecer grandes incendios forestales. Así se denominan a los que queman más de 500 hectáreas. La clave, asegura, es la prevención. Desde el día 15, la Diputación coordina a un equipo de 580 personas para hacer frente a posibles contingencias. Lo conforman el personal de Montes y agentes forestales, de la sociedad foral Basalan y el cuerpo de bomberos. Los retenes están en vigilancia permanente.
El año pasado sólo hubo que apagar 24 fuegos, el índice más bajo que se recuerde. En lo que vamos de año, ya casi duplicamos esa cifra. Pero «en general, ha bajado el número y la intensidad de los incendios», explica Uriagereka. Euskadi, y en particular Bizkaia, «son una referencia en control». El incendio más grave de los últimos años se produjo entre Berango y Sopela en diciembre de 2015: quemó unas 200 hectáreas de terreno y obligó a actuar incluso a los hidroaviones. Una gran parte de la superficie afectada, en torno al 80%, se regeneró de forma natural un año después. Este año, todos recuerdan el aparatoso incendio de Muskiz, en marzo, durante el que hubo que cortar la A-8. La Ertzaintza todavía lo investiga. Ambos se originaron un domingo. Uriagereka apunta que se ha invertido mucho en la creación y mejora de pistas forestales, una cara infraestructura que alcanza los 2.200 kilómetros -como un trayecto de ida y vuelta entre Bilbao y Cádiz-, lo que permite a los bomberos llegar más rápido al foco y evitar males mayores. Además, se dan subvenciones para la correcta conservación de las masas arbóreas. El 75% de los bosques de Bizkaia son privados y hay que implicar a los propietarios.
Desbroces, podas y entresacas consiguen obstaculizar la propagación del fuego. «Así quitas combustible de esa masa forestal», asegura. También se gestionan los permisos de quema. Ha habido 4.300 solicitudes y eso significa que «la gente cumple con este trámite». Se da el permiso por un periodo de tres meses y antes de prender, deben llamar a la oficina agraria, que es quien les dice si pueden o no. Además, asegura, se ha realizado una importante labor con los ganaderos para «desterrar la práctica ancestral de generar pastos mediante el fuego» y sustituir esta actuación por medios mecánicos. También hay convenios con los dueños de las líneas eléctricas para su conservación. Un chispazo puede tener consecuencias fatales. «El trabajo conjunto entre el personal foral de Montes y los Bomberos es lo que nos convierte en una referencia para el Estado», asegura.
«Se produce mayor número de incendios en montes públicos que privados, y en días festivos o en vísperas, lo que estaría relacionado con la intencionalidad», explica Kiko Álvarez, del Colegio de Biólogos. Las Encartaciones ha sido la zona de Bizkaia históricamente más afectada por los incendios. Limita con Cantabria, donde se producen, en proporción, más que en Bizkaia. A su juicio, determinadas especies favorecen «tanto su generación, como la propagación. Son las pirófitas, adaptadas a sobrevivir después», apunta. «Las plantaciones de eucalipto están mucho mas extendidas allí y son sociedades mas vinculadas al medio rural, por lo que la posibilidad de que se causen incendios es mayor» , añade. La Diputación, mientras, asegura que «no importa la especie, si no el cuidado de la masa forestal».
42 incendios se han producido en Bizkaia en lo que va de año. 25 de ellos se quedaron en conatos, es decir, afectaron a menos de una hectárea. Hubo siete que afectaron a superficies superiores a las cinco hectáreas. En conjunto, el terreno quemado los ocho primeros meses del año suma 222,50 hectáreas. Ya se superan los incendios que se registraron el año pasado, que cerró con el mejor resultado de la historia. En 2018, solo hubo que apagar 24 fuegos que quemaron un total de 31 hectáreas. En 2017, hubo 34 siniestros que afectaron a 77,7 hectáreas.
Los incendios producidos en España hasta el pasado 8 de septiembre suman ya cerca de 750 kilómetros cuadrados, según el último balance provisional facilitado por el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales. Se trata, más o menos, de un tercio de la superficie de nuestra provincia, y supera incluso a la isla de La Palma, en Canarias (706 kilómetros cuadrados). Según este documento, en lo que va de año se han producido 9.483 incendios, de los que 13 han sido 'grandes'. Según los datos aportados por las comunidades a este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las llamas quemaron cerca del 0,27 % de la superficie total del territorio español, especialmente en el norte peninsular. Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi y las provincias castellanas de Zamora y León acapararon casi la mitad de los siniestros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.