La Diputación de Bizkaia extenderá a otras 8.200 comunidades de vecinos la campaña para prevenir incendios

La nueva remesa de pósters que se sugiere colocar en el portal o en el ascensor llegarán a 889 edificios de Bilbao y a otros 8.031 de todo el territorio. Se trata de instrucciones «básicas» en las que se recomienda, por ejemplo, a mantenerse en la vivienda cuando se desata un incendio en otro piso del bloque por mucho que lo que el cuerpo pueda pedir es salir despavorido. De hecho, el lema de la campaña de concienciación es 'Cierra la puerta al fuego'. Recuerdan los bomberos forales que tres cuartas partes de las víctimas que se producen en este tipo de sucesos fallecen en las escaleras intoxicadas por el humo.

Los carteles, en castellano y euskera, contarán con un código QR que permite descargarse las instrucciones al móvil. Entre ellas, aparte de llamar a actuar con calma, se recuerda la importancia de cosas tan evidentes como cerrar la puerta del piso en el que se desaten las llamas, «un gesto fundamental para minimizar posibles daños», ha recordado la mañana de este jueves la portavoz foral, Leixuri Arrizabalaga. También la importancia de instalar detectores de humo en viviendas y estancias comunitarias. «Su coste es bajo y pueden ayudar a prevenir de una forma inmediata». El fuego de Valencia ya disparó la adquisición de extintores.

Bizkaia registró durante el año pasado casi un incendio al día en viviendas, bajos y locales comerciales. Se conocen técnicamente como fuegos «estructurales», y fueron exactamente 347 los que precisaron la intervención de los bomberos forales, según el balance sobre su actividad que la Diputación hizo público ayer. Parecen muchos sucesos, pero lo cierto es que ha habido ejercicios con peores datos. Sin ir más lejos, el anterior. En 2022 ardieron en el territorio 591 inmuebles. Supone un descenso del 41%.

Los Bomberos vizcaínos dividen los incendios «estructurales» en cuatro tipos, en función de su gravedad y sus características. En el nivel 1, el más bajo, se incluyen los fuegos que se originan en viviendas particulares sin que exista riesgo de propagación al resto del edificio. En 2023 se contabilizaron hasta 158 de este tipo. Cuando sí que hay peligro de que las llamas vayan ganando terreno se activa el nivel 2. De esos hubo 125. Como nivel 3 se catalogaron 65 actuaciones, que son las intervenciones de extinción que se llevaron a cabo en edificios que presentan «un riesgo especial por su estructura».

El último escalón, el nivel 4, es el reservado para los grandes sucesos. Hubo uno: el incendio de Barakaldo ocurrido en julio. Afectó a un edificio con armazón de madera y provocó una víctima mortal. El último ejercicio hubo otras dos muertes en Bizkaia por estas cuestiones, una en noviembre en Sestao y otra en Santurtzi en diciembre. Curiosamente, pese a la considerable reducción de fuegos en inmuebles, 2023 se cerró con el mismo número de muertos que en 2022.

Según las conclusiones a las que han llegado los propios profesionales, los incendios en edificios de viviendas siguen «un patrón definido y estable» desde hace mucho tiempo. La inmensa mayoría de las alertas se registran coincidiendo con las horas de la comida y la cena, un dato «coherente», creen los bomberos, con la principal causa de los fuegos domésticos. «Una parte importante» suelen tener su origen en «las actividades de cocina y particularmente en el incendio de campanas extractoras», según la memoria de los Bomberos de la Diputación.