El parking foral de coches de Gaztelugatxe será «transitorio» para atajar las críticas

Así lo explicó este lunes ante las Juntas Generales la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, que compareció a petición de EH Bildu y Elkarrekin Bizkaia para informar acerca de los estudios elaborados sobre el impacto medioambiental que supondrá el equipamiento. No obstante, para que la institución foral pueda sacar adelante sus planes es necesario que en el entorno del biotopo protegido se habiliten «estacionamientos disuasorios» para turismos que permitan poner en marcha un sistema de lanzaderas hasta el peñón, como reclamó hace escasas fechas el Ayuntamiento de Bakio -gobernado por Bildu-, que amenazó incluso con paralizar el parking.

El modelo de movilidad sostenible que la Diputación quiere para Gaztelugatxe pasa, según advirtió Unzueta, por lograr «la verdadera implicación» de todos los agentes afectados, «no sólo de los consistorios de Bakio y Bermeo». Mientras tanto, dijo, «había que mover ficha, porque si seguimos esperando llegará la Semana Santa y el verano y tendremos los mismos problemas», subrayó. Y ese movimiento se concretará en un plan para reordenar los accesos y el estacionamiento en las inmediaciones del islote en el que la Administración vizcaína invertirá 2,7 millones hasta 2024.

Ciñéndose a la pregunta de los grupos de la oposición, Elena Unzueta defendió que el informe técnico de evaluación ambiental «no detecta efectos adversos» por la construcción del parking de Urizarreta. Porque, afirmó, no provocará «incrementos significativos de las emisiones a la atmósfera, de los vertidos a cauces públicos o al litoral, la generación de residuos o del uso de recursos naturales».

Estas explicaciones no contentaron al juntero de Elkarrekin Podemos Xabier Benito, para quien el proyecto del estacionamiento, «que no solucionará nada» en un entorno «que está en peligro», está «metido con calzador», porque se plantea «como una ampliación de la carretera». Una opinión que comparte el juntero del PP Eduardo Andrade. «Es una obra nueva de gran impacto ambiental, prácticamente irreversible», aseguró. Desde las filas de EH Bildu, Iratxe Arriola, pidió replantearse la actuación al tiempo que alertaba del impacto «artificial» que tendrá en la zona. Por su parte, Gorka Beitia, del PNV, defendió el trabajo de los técnicos que han evaluado el plan. «No es de recibo que se dude de su trabajo», zanjó.