La Diputación desaloja la Casa del Mar de Ondarroa para abrir un centro de menores

La repentina decisión de la Diputación de Bizkaia ha cogido por sorpresa tanto a los pescadores, como a los empleados del Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS) que regentan la Casa del Mar, como al propio Ayuntamiento y a los vecinos de una de las barriadas más populares de la localidad costera, en la que residen alrededor de 2.000 de los 8.000 habitantes del municipio.

Los marineros que estaban alojados en la Casa del Mar recibieron por sorpresa el pasado lunes la orden de desalojar las habitaciones que ocupaban en el tercer piso del edificio de la Casa del Mar, que en sus dos plantas inferiores también acoge las consultas de atención primaria de Osakidetza, por lo que comparten algunos servicios y la entrada. Con un total de catorce habitaciones dobles, la hospedería había servido hasta este lunes y durante décadas como un hogar para los pescadores y sus allegados que necesitaban una residencia temporal en el municipio.

Con precios inferiores a los del resto de alojamientos, la filosofía de este espacio, que ha sido gestionado por el Instituto Social de la Marina, conlleva la limitación temporal de uso, generalmente de una semana, en coincidencia, casi siempre, con el tiempo que los marineros cubren una marea en alta mar, principalmente en la flota de altura.

Al recibir la comunicación, los afectados apenas han tenido un par de días para realojarse en el mejor de los casos en pensiones tanto de la localidad costera, como de municipios del entorno, sobre todo Berriatua y Markina. En la actualidad, Ondarroa dispone únicamente de un par de pensiones y varios agroturismos con capacidad para albergar a una veintena de personas.

«Algunos compañeros no han tenido tiempo ni de recoger sus pertenencias, porque tenían que salir a la mar», señaló un pescador senegalés. «Les han dicho que les guardan las ropas y, cuando puedan, que pasen a por ellas», añadió. «Ha sido todo muy apresurado y rápido, con muy poco tacto», criticó.

De hecho, algunos vecinos de Kamiñazpi, donde se ubica el hogar del marinero, aseguraron a EL CORREO, que uno de los usuarios desalojados tuvo que pasar la noche del lunes al martes en los soportales de un bloque de viviendas. «Nos ha dicho que habían cerrado la casa del mar y la verdad es que al principio no le hemos creído», aseguraron dos vecinas. Otros arrantzales sorprendidos por el repentino cierre incluso han recurrido a la Escuela Náutica, situada en la misma zona, en busca de ayuda.

Al parecer, la Diputación ultima la reubicación de este colectivo de marineros, ahora desubicados en el edificio Alfa, en Arrigorri, un hostal reabierto al público en 2002 después de multitud de usos, entre los que figura haber sido un albergue estival de la institución foral.

Desde el equipo de Gobierno municipal, por su parte, dirigido por la alcaldesa Urtza Alkorta (EH BIldu), aseguran que tuvieron constancia de los planes del departamento foral dirigido por Amaia Antxustegi tras una reunión informal, aunque han reconocido que oficialmente desconocían más datos. Desde el Ejecutivo local han mostrado su preocupación «por la manera de hacer las cosas, ya que sería bueno trabajar de manera conjunta de cara a facilitar la integración y la convivencia» de los jóvenes que ahora van a residir en el municipio, señalaron portavoces municipales.

A los empleados que trabajan en la Casa del Mar, según fuentes sindicales, «se les ha comunicado de un día para otro que su cometido va a desaparecer y ahora están sumidos en la incertidumbre», indicaron. No saben si seguirán ejerciendo sus funciones en el albergue en el que hasta ahora trabajaban o si por el contrario serán despedidos o recolocados.

La llegada de los doce menores desde el centro de Amorebieta se producirá a lo largo de la jornada de hoy, aunque ayer por la tarde aún continuaban los trabajos de mejora y adecentamiento que se estaban ejecutando en las habitaciones. Según fuentes de la Diputación, los jóvenes que viajarán esta mañana a Ondarroa forman parte de un programa implementado para paliar sus dificultades de escolarización y alfabetización.

«Su estancia será temporal, para darles un impulso de cara a su integración y ayudarles a promover la convivencia positiva con el entorno y desarrollar su autonomía», manifestaron portavoces forales intentando tranquilizar a la población de Ondarroa. El perfil de los jóvenes cuenta con una valoración positiva tras su recorrido en el centro de primera acogida del que proceden, en este caso del de Amorebieta.