La Diputación cubre con mallas filtrantes las balsas del vertedero de Artigas para reducir los malos olores

El tufo que sale de Artigas es perceptible desde hace meses aunque, según ha reconocido el apoderado socialista en la comisión de Sostenibilidad y Medio Natural, Jesús María Ortíz, se han acentuado «sobre todo desde finales de año». Afecta sobre todo al municipio de Alonsotegi pero, en función del tiempo y, sobre todo, del viento, puede llegar a los barrios bilbaínos «de Kastrexana y Zorroza». «No solo lo captan los vecinos por la calle sino que basta con abrir la ventanilla del coche cuando se pasa por el corredor del Cadagua y, especialmente, si se circula por la carretera vieja», ha añadido.

«Confiamos en que el conjunto de las intervenciones sean el paso definitivo para la mitigación de los olores», ha subrayado la diputada, que, ha remarcado que las emisiones odoríferas no superan los límites establecidos, aunque sí ha admitido que se producen «picos» de forma puntual, que suelen coincidir con las quejas que le llegan desde Alonsotegi, cuyos vecinos han asegurado que «sigue oliendo fatal a pesar de todo lo que dicen que están haciendo». La culpa de este problema, ha subrayado, la tienen el sulfuro de hidrógeno y, en menor medida, el amoníaco, aunque este es más inestable al disolverse fácilmente con la lluvia. «Las zonas especialmente molestas son las más activas del vertedero, sobre todo si hay viento sur-suroeste, y en horario de noche o a primera hora de la mañana», ha añadido Antxustegi tras descartar su procedencia de la Planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB).

La Diputación tiene conocimiento de estos problemas en el vertedero desde mediados de 2020, cuando recibió los resultados de un informe al respecto elaborado por una empresa externa. A partir de entonces, según ha explicado la responsable foral, se han ido aplicando sus recomendaciones, como reducir al máximo las zonas con residuos que se quedan a cielo abierto. "Se vierten residuos y se cubren de forma inmediata", han matizado fuentes forales. En el mismo sentido se incluye el cubrimiento de las tres balsas de lixiviados, que ocupan un total de 1.724 metros cuadrados y que se ubican en el interior de la depuradora de Artigas. En octubre ya se cubrió la primera de ellas con estas cubiertas flotantes modelo Hexa-Cover (de un material plástico, polipropileno) y «en las próximas semanas queremos completar este trabajo en las otras dos».

Además, en una comparecencia solicitada EH Bildu, Atxustegi ha explicado que también se ha procedido a trasladar los lixiviados más molestos «a un gestor externo, el que ya trabaja con TMB». Al mismo tiempo, se ha mejorado la captación de los gases que se generan y que se trasladan a la red de gas Bioartigas, se han cubierto las arquetas de las instalaciones «con membranas geotextiles de filtros especiales» e incluso se han establecido dos equipos de monitorización que permiten controlar al momento las emanaciones de olores y sus características. Por último, se afronta ya el sellado de parte de la vaguada izquierda del vertedero, ya colmatada, «y están en fase de tramitación los trabajos de otras dos nuevas fases», que se extenderán también a la margen derecha. En el primer semestre del año se adjudicará la redacción y la dirección de obra del proyecto, «de modo que la entrada de las máquinas coincida con la finalización de la primera fase».