La Diputación colocará trampas para capturar al mapache de Lekeitio

«Cuando se aportan datos de citas fidedignas como ha sucedido en este caso, se realizan labores de búsqueda de rastros, identificación e intento de captura como se ha llevado a cabo en alguna ocasión en otros puntos de Bizkaia», reconocieron desde el departamento foral de Medio Ambiente.

De hecho, técnicos forales han confirmado que a primeros de año se registraron avistamientos en Lemoiz, aunque los esfuerzos por localizar y atrapar al ejemplar resultaron nulos. Para darle «caza», los guardas medioambientales instalarán trampas clásicas con cebos atrayentes y en otras ocasiones artimañas más específicas para esta especie. «Se necesitan unas estructuras especiales, donde la puerta tiene un cierre más duro porque estos animales tienen una capacidad para agarrar enorme», aseguraron. «Sus garras delanteras son auténticas manos con cinco dedos capaces de abrir puertas, ventanas y hasta cerrojos», ahondaron.

El Ejecutivo territorial intenta controlar la población de esta especie con campañas que se desarrollan de manera sistemática de mayo a octubre y que comenzaron hace cinco años tras el aviso llegado desde Cantabria donde la especie está expandida, al igual que en Asturias y Galicia. En Gipuzkoa, por su parte, el primer mapache fue avistado en noviembre de 2023 en Mutriku.

El primer año, en 2019, cayeron en las trampas más de una docena de mapaches. Tras el parón de 2020 por la pandemia, capturaron otros tres, cinco en 2022 y dos más el año pasado. Todos en la cuenca del río Carranza donde parece haberse asentado una 'familia' de manera permanente. «Capturado el individuo, se traslada al centro de recuperación de fauna silvestre de Gorliz para su estudio y manejo», añadieron.

El mapache común (Procyon lotor) avistado en Lekeitio es un mamífero carnívoro que mide, aproximadamente, entre 40 y 70 centímetros y alcanza unos diez kilos de peso. Es muy característica su coloración oscura alrededor de los ojos y su cola anillada con colores claros y oscuros. Pero lejos de la imagen amable que pueda transmitir, se trata de un animal agresivo y salvaje, imposible de domesticar, que come cualquier cosa y se reproduce muy rápidamente ya que no tiene enemigos naturales. Tampoco es nada fácil de detectar, ya que hace vida nocturna.

Entre las especies invasoras que la Diputación controla también figuran el visón americano y las tortugas que no son propias de Bizkaia. En este caso, desde 2006, se han retirado alrededor de 1.500 ejemplares. Además, en colaboración con Aranzadi, se realiza un seguimiento de la población de lagartija de las Pitusas en zonas como la protegida de San Juan de Gaztelugatxe.