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La histórica pugna que los ganaderos de los montes de Triano mantienen con la Diputación parece estar a punto de solucionarse. La responsable foral de Medio Natural y Agricultura ha anunciado la mañana de este miércoles en las Juntas Generales que la ordenanza que debe ... regular el uso de los pastos y el resto de las 600 hectáreas de terreno ubicadas entre los municipios de Abanto, Ortuella y Trapagaran estará lista a lo largo del próximo año. «No hemos cogido el camino más corto ni el más fácil, pero parece que ya estamos llegando», ha dicho Arantza Atutxa.
Triano está catalogado desde el año pasado como monte de titularidad pública, lo que obliga al Gobierno foral a elaborar un plan de ordenación específico que delimite el acceso para animales y su convivencia con los paseantes u otro tipo de usuarios. En la zona hay, por ejemplo, varios equipamientos públicos y también zonas deportivas. Desde hace unos años varios centenares de ganaderos afincados en la zona venían reclamando que se regulara la situación para evitar que animales y personas coincidan en las mismas zonas o limitar el riesgo de atropello mejorando la iluminación en las carreteras.
Pero el problema es mucho más profundo y viene de antes. Concretamente de 1800 dicen los propietarios de la zona que existen escrituras en las que se les reconocía el derecho histórico al uso de los pastos. La Diputación, por contra ha defendido en numerosas ocasiones que ese privilegio quedó extinguido de forma progresiva con el paso de los años durante las primeras décadas del siglo pasado cuando el terreno fue expropiado y entregado a las empresas mineras que explotaron la zona.
Los últimos grandes choques se produjeron en los años previos a la pandemia, cuando la Diputación sancionó a ocho ganaderos por llevar a sus reses a pastar a la zona, e incluso decomisó algunos de los ejemplares. Las multas fueron anuladas en 2019 por la justicia por las dudas existentes en torno a la titularidad de los pastos. En 2020 volvieron a imponerse sanciones por valor de 25.000 euros que nuevamente fueron tumbadas por un juez, y en 2021 los ganaderos se manifestaron en Trapagaran protestando contra el «acoso» que, a su juicio, sufrían del Gobierno foral.
En busca de soluciones, la Diputación planteó la posibilidad de ceder el uso de parte de los pastos a tres asociaciones de ganaderos, pero tampoco gustó del todo. Aceptarlo, creían los criadores, era reconocer que el terreno era del Gobierno y que en cualquier momento lo podía reclamar. Entre tanto, el Gobierno foral lleva desde 2009 anunciando que va a elaborar el plan de ordenación que está a punto de ver la luz, y que se ha convertido en obligatorio con la designación de monte público del pasado ejercicio.
La redacción de la ordenanza arrancó en septiembre y culminará su tramitación, según ha dicho Atutxa, para la próxima primavera. Aún así, ya ha aportado unas primeras pinceladas en las que ha precisado que los ganaderos tendrán derecho a usar los pastos, aunque dando un periodo mínimo de dos meses al año para su regeneración, y que se van a instalar carteles en la zona instando a los viandantes a no molestar a los animales.
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