La Diputación alerta del «crítico» impacto que tendría el parque eólico de Sopuerta

Euskal Haizie quiere levantar 8 molinos, con una potencia de 49 Mw, y requiere, además, de una línea de evacuación que atravesaría las localidades de Galdames, Muskiz, Zalla y Güeñes. El proyecto necesita una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable para convertirse en realidad. Y en ese proceso, el Departamento de Medio Natural y Agricultura de la Diputación ha elaborado varios informes contrarios a la concesión de este permiso por parte del Ejecutivo autonómico.

El más contundente lleva la firma del Servicio de Patrimonio Natural. Sus técnicos concluyen que la instalación de los aerogeneradores causaría «un impacto crítico» para el alimoche. Los expertos afirman que los molinos generarían una afección «directa» e «inasumible» en el hábitat de esta especie necrófaga, que está en peligro de extinción en el territorio. La construcción de la central provocaría «un deterioro claro, cuando no la desaparición de lugares de reproducción» de este animal.

En esta línea, el informe advierte de que hubo otro parque eólico «colindante» que fue tumbado por el Ministerio de Transición Ecológica por afectar igualmente al alimoche. Se trata de la central bautizada como Maya, que pretendía instalarse en territorio cántabro pero muy cerca de la frontera con Bizkaia, con Arcentales. A su juicio, esa decisión del Gobierno central, adoptada en febrero de 2023, debería ser un precedente lo suficientemente sólido como para enterrar también el plan de la compañía Euskal Haizie.

Por último, los técnicos avisan de que la magnitud del daño es irreparable y que «no sería corregible por medio de medidas que puedan ejecutarse durante la obra o durante el periodo de funcionamiento, ni tampoco compensable mediante la implementación de medidas compensatorias alternativas». Hay que recordar que el alimoche es una de las seis especies en serio riesgo de desaparición en Bizkaia (quedan 22 parejas) y cuenta con un plan gestor por parte de la propia Diputación.

Otro informe especialmente relevante que advierte de la eventual construcción de la central de Sopuerta está fechado en enero pasado y lleva la firma del Servicio de Calidad Ambiental (que forma parte también del Departamento foral de Medio Natural y Agricultura). Este estudio analiza a fondo varios aspectos como la huella que dejarían los molinos en el paisaje, la fauna, la hidrología del entorno o el propio terreno. Los técnicos avisan de «una probabilidad máxima» de colisión de algunas especies como el propio alimoche, pero también del milano real y el buitre leonado. Un impacto que también se extendería a varias especies de murciélagos. Además, critica el daño que generaría la apertura de pistas para la instalación de los molinos, «generando desmontes muy visibles» y un alto peligro de «erosión».

Este proyecto eólico junto a varios más que se anunciaron en la comarca poco después han despertado un importante movimiento ciudadano de rechazo. La asociación vecinal Enkarterri Bizirik Elkartea trabaja desde entonces para evitar que este tipo de energía renovable se instale en la zona «a cualquier precio, con un impacto inaceptable».