En noviembre de 2023, bilbaoDendak impulsó la plataforma Bilbao Circular –pionera en España– para luchar contra el despilfarro alimentario y llevar a rajatabla un mantra cada vez más concienciado: la comida no se tira. Casi un año después, los resultados saltan a la vista, aunque, ... como ha subrayado este miércoles Iker Iglesias, director de Calidad e Industria del Gobierno vasco, queda mucho camino por recorrer.
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En estos últimos once meses, las diez empresas asociadas a esta organización –recientemente se han unido otras 20, entre las que figura también el Mercado de la Ribera– han recuperado 43,6 toneladas de alimentos, que suponen aproximadamente 95.273 comidas, según ha detallado Arantza Madariaga. La directora de Elika Fundazioa ha asegurado que estos excedente fueron donados a entidades sociales de la capital vizcaína.
La práctica totalidad del grueso de estos alimentos corresponden a productos recogidos por los supermercados BM, aunque los responsables institucionales también han echado una mano algunos de los mejores restaurantes de la villa –Yandiola, Café Iruña y Gaminiz. También a establecimientos como la tienda gourmet All Natural, Charcutería la Moderna y Obrador Thate, La Karmela, dedicada a la elaboración de hamburguesas, y la cadena de panaderías Bizkarra.
Más allá de la cantidad recogida, el presidente de bilbaoDendak, Rafael Gardeazabal, se ha felicitado de que con la gestión de estos excedentes se ha evitado, asimismo, la emisión de 236.210 kilos de CO2 a la atmósfera y 135, 2 millones de litros de agua.
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Sin embargo, la lucha contra el despilfarro es una batalla pública y particular. De hecho, el 57% de las casi 250.000 toneladas de comidas que se tiran a la basura proceden de los hogares particulares. Hay un dato revelador que pone sobre la mesa la necesidad de comprar menos comida de que la llega a las casas:cada vasco desaprovecha de media 111 kilos al año. Una cantidad que se pretende rebajar de aquí a 2030 en al menos la mitad.
A nivel empresarial, la hostelería y el comercio deben ponerse las pilas y reflexionar sobre el impacto causado, ya que si la primera industria genera el 12% del desperdicio alimentario, en el caso de la segunda se dispara hasta el 26%.
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Ante este panorama tan preocupante, Elika Fundazioa pretende extender este modelo de colaboración y gestión de excedentes alimentarios a otros municipios y comarcas de Euskadi. Iglesias, Madariaga y Gardeazabal han insistido en la necesidad de la elaboración por parte de los diferentes negocios en la elaboración de planes de Prevención de Desperdicio Alimentario (PDA). Han destacado la importancia de que cada empresa realicen mediciones de los excedentes «con el fin de tener una visión precisa de su tipología e impacto ambiental y económico en el negocio». Un dato que habla de la «ilógica» de las enormes cantidades de alimentos desaprovechados es que el 37% eran comestibles antes de acabar en la basura.
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