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Iraitz Casillas
Jueves, 9 de noviembre 2023, 01:31
Fueron las pioneras de la Policía Municipal de Bilbao. En 1973 diez mujeres pasaron la selección para convertirse en agentes, aunque su atuendo distaba mucho ... del de sus compañeros, ataviadas con una falda y sin poder llevar ningún arma. Todas ellas debían cumplir una serie de requisitos: tener entre 20 y 30 años, una estatura superior a 1,59 metros, buena conducta, haber completado los correspondientes servicios sociales, y superar una serie de pruebas tanto físicas como mentales.
Entre lágrimas, besos y abrazos, ayer a la tarde se reunieron algunas de las agentes de la primera promoción y las del cuerpo actual para celebrar el 50 aniversario de la entrada de la mujer en la Policía de la villa, un cuerpo que acumula ya 179 años de historia. Todas ellas abordaron en este homenaje temas como la elección de la profesión, la aportación de la mujer, y las similitudes y diferencias entre las distintas generaciones de policías.
Puri Arza, Nilda López, Conchi Castaño y Loli Castilla fueron las encargadas de representar a la primera promoción, lo que les permitió obsequiar a las asistentes con sus más de 40 años de experiencia. «No me lo pensé dos veces. Además, mis padres me animaron a ello», contaba Conchi. No fue la única. Hace medio siglo, los medios de comunicación anunciaban que se abría la convocatoria de la Policía Municipal de Bilbao para las mujeres. Ninguna de las cuatro tuvo ningún tipo de impedimento familiar para cumplir su sueño, incluso las animaron.
Los obstáculos llegaron después. Durante diez años ninguna de ellas pudo lograr un ascenso, y cuando la convocatoria se abrió, Loli y otra compañera decidieron presentarse: «Nos dijeron que las mujeres no podían apuntarse, así que convencimos a todas para hacerlo. Finalmente se vieron 'obligados' a dejar dos vacantes para nosotras».
De las diez que hubo en su momento, el cuerpo de la Policía Municipal de Bilbao ha pasado a contar con 159 mujeres: tres subcomisarías, una oficial, cuatro suboficiales, diez agentes primeras y 141 agentes. Nilda asegura que tras cinco décadas los cambios son abismales: «Nos costó, y mucho, lograr nuestros objetivos». Amaia Sierra e Igone Letamendi, en representación de las agentes actuales, lo confirman, aunque subrayan que a la profesión todavía le queda mucho camino por mejorar: «La Policía debe avanzar al mismo ritmo que la sociedad en la igualdad. Somos el 50% de la población y tenemos que estar representadas para poder aportar nuestra visión y añadir valor a esta profesión».
Tanto pioneras como agentes animan a las nuevas generaciones a ser policías, sobre todo a las mujeres para que deje de ser un oficio masculinizado. «Es una profesión cercana a la ciudadanía y estamos para ayudar», concluye Puri.
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