Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Deberías hablar del Or-Konpon». La frase me la susurró una mujer asentada en los cincuenta. Se llamaba Leire. La primera vez que entró en el desaparecido bar tenía 15 años. Acompañaba a una amiga del colegio que había quedado con dos chicos. Uniforme azul ... y carpeta sobre el pecho. Y allí estaba él. Entonces no lo sabían. Pero, con el tiempo, se casarían. Por eso quiere que hable del Or-Konpon. Y por eso estas líneas. Además, un descendiente de quienes lo regentaron es un referente de la prensa vasca. Asier Sanz. El laureado dibujante y viñetista.
Su padre, José Luis Sanz Hernández, nació en Soria. Su madre, Francisca Nieto García, en Salamanca. Que llegaran a Bilbao tiene que ver con lo sucedido tiempo atrás. Los abuelos paternos tenían un bar en la calle Collado de la capital soriana. Contaba hasta con su propia orquestina. Hicieron dinero y decidieron invertir en madera. Salió mal. Así que abrieron otro local. Esta vez en Duruelo de la Sierra. Una combinación de taberna y ultramarinos. No iba mal, pero el infortunio vuelve a golpearlos. Muere una de sus hijas en el río Duero. Es tal el dolor que Soria les angustia. Uno de sus hijos, José Luis, trabajaba de camarero en el Pujana, un bar de Bilbao. El propietario tenía otro local en la misma zona de nombre Or-Konpon. Al saber de las tristezas familiares, les anima a que vengan al Botxo. Al fin y al cabo estaba Loli, otra de sus hijas, que era peluquera. Y añade la posibilidad de pedir el traspaso del local.
Aceptan y a finales de los 50 se asientan en Bilbao. Dos cocineras. Una de ellas la abuela Águeda. Y cinco camareros. El abuelo Eugenio, José Luis, sus dos hermanos Rodolfo y Andrés y un empleado. Arrancaron con buen pie. Reponían hasta cinco veces los pinchos. Tuvo mucho que ver que cortaran la tortilla en triángulos, cosa que no se estilaba por entonces. Asier recuerda las servilletas blancas apiladas en una esquina y las colas para pillar hueco. Retales de un ayer que comparte con su hermano Román. Como el de las nocheviejas en el Or-Konpon y las noches vulgares que, sin ser fin de año, convertía su padre en festivas al subir la persiana para que disfrutaran oriundos y visitantes. Entre ellos Arsenio, dueño del Indau Part, que acudía con artistas como Gila, Arturo Fernández, Bibi Andersen, Paloma San Basilio o el cómico Toni Antonio, amigo de la familia. Quizá por ello el tío Rodolfo devoraba libros en los pocos ratos libres. Una vez le preguntó la razón. «Viene gente culta y nosotros no tenemos estudios».
Leo para tener de qué hablar. Al contarlo asoman el orgullo y la ternura a partes iguales. También cuando relata los días de vino y rosas en los que el negocio creció y montaron el Or-Konpon 2 y la cervecería que ocupaba una gran lonja en mitad de Pozas. Lugares concurridos de variada parroquia, donde lo mismo entraba un torero, un jugador de fútbol o unos políticos para montar reuniones clandestinas. Y así pasaron los días. Hasta que lo dejan en 2005. José Luis muere en 2010. El mismo año que sus hermanos. Como si hubieran acordado el momento.
Leire, que me pidió que hablara de este bar, no sabe esta historia. La suya es otra. Pero tiene que ver con los Sanz. Y con aquél tipo alegre que siempre regalaba a los niños aceitunas y guindillas. El padre de un crío que dibujaba su propia versión, en caricatura, del póster del Athletic. Asier. El que hoy me cuenta las andanzas de un bar que habitó una calle dedicada a un sabio de Orduña. Andrés de Poza. Mañana se cumplen 427 años de la muerte del famoso licenciado. Pero su apellido, en plural por aquello del uso popular, sigue muy vivo. Tanto como las almas que pasaron y pasan por sus bares y comercios. Por los que están y por los que sin estar, como el Or-Konpon, permanecerán con la persiana subida y las puertas abiertas en la vieja calle de la memoria.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.