Un detenido tras nuevos incidentes en el centro de menores de Sopuerta

Alrededor de las doce de la medianoche, responsables del servicio de acogida, donde viven menores inmigrantes no acompañados tutelados por la Diputación vizcaína, pidieron ayuda a la Policía autonómica porque varios de ellos estaban rompiendo cristales de las ventanas. El inmueble tiene capacidad para 35 plazas y en la actualidad están ocupadas cerca de una veintena.

Cuando llegaron hasta el centro de menores las primeras patrullas, identificaron a los presuntos implicados en el delito de daños. Uno de los jóvenes estaba muy alterado e intentó autolesionarse, por lo que se movilizó a una ambulancia. Los sanitarios decidieron su traslado al hospital de Cruces por su estado de gran nerviosismo. Otro de los menores se revolvió contra uno de los ertzainas, al que empujó e intentó tirar al suelo, por lo que fue arrestado por los delitos de atentado contra agente de la autoridad y daños. A lo largo del día de ayer estaba previsto que fuera puesto a disposición de la Fiscalía de menores, indicaron desde Seguridad.

Vecinos de las inmediaciones también llamaron al teléfono de emergencias 112 alertando de que se escuchaban gritos y ruido de cristales rotos procedentes del interior del palacio. «Parecía como si hubiera un motín dentro», comparaba uno de los testigos. Algunos residentes iniciaron una campaña contra la apertura en Sopuerta de un centro de menores tras saberse que la Diputación había habilitado el Palacio de Quintana para este uso.

Se han llegado a celebrar manifestaciones contra este equipamiento y un vecino ofreció un millón de euros por comprar el inmueble para evitar que fuera ocupado para tal fin. Desde que se inauguró, el pasado 28 de marzo, «la Policía y ambulancias están por aquí día sí y día también», se quejan los vecinos. Temen que «se convierta en un Amorebieta II». Se refieren a que el centro de primera acogida de esta localidad vizcaína llegó a ser pasto de las llamas por un incendio provocado en su interior y tuvo que ser sometido a una obra de reforma. El del Vivero, cerrado hace unos meses, también fue objeto de destrozos y continuos altercados.

Este incidente en Sopuerta se suma al registrado durante el fin de semana cuando un grupo de «entre 15 y 20 menores» atacaron a cuatro amigos, dos chicos y dos chicas, y les robaron con intimidación un teléfono móvil en el parking situado frente al palacete. Las víctimas regresaban en coche de las fiestas de Ortuella alrededor de las tres y media de la madrugada del pasado sábado.

Según relató uno de ellos a este periódico, durante el camino les adelantó un turismo, en el que según comprobaron después, viajaban varios menores y un educador. Cuando llegaron al parking, se apearon, saltaron la valla y se introdujeron en el centro de menores. Apenas unos minutos después, salieron en tropel un grupo de chicos en dirección hacia ellos. Las dos jóvenes se introdujeron en el coche y llamaron a la Policía autonómica. Uno de los menores ejercía como «líder» y los demás le seguían. El cabecilla les preguntó que quién había sacado el cuchillo, extremo que ellos niegan.

Entonces, empezaron a agarrarles por la espalda y por el cuello. Según cuentan, los monitores se veían impotentes. «Decían que no podían hacer nada». En cuanto se percataron de la llegada de la Policía autonómica, se metieron en el centro y desaparecieron.