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OCTAVIO IGEA | SOLANGE VÁZQUEZ
Miércoles, 16 de octubre 2019, 13:56
El 14 de mayo de 2008, ETA destruyó la Casa Cuartel de la localidad alavesa de Legutiano con un coche bomba que causó 27 heridos y se llevó por delante la vida del agente Juan Manuel Piñuel. Desde entonces, sus seres queridos -familiares, amigos, compañeros- ... han dejado en el solar donde murió flores, mensajes y fotos en su recuerdo. Sin embargo, en diferentes momentos, algunas personas han querido mancillar su memoria y herir a sus allegados colocando en el lugar pancartas y pintadas en apoyo a la banda terrorista.
Piñuel tenía 41 años y era natural de Melilla. Hacía guardia en la entrada de la Casa Cuartel la noche en la que los terroristas aparcaron a pocos metros un coche con 200 kilos de amonal. El edificio tuvo que ser demolido por los graves daños estructurales, y en aquel solar cercano al pantano de Urrunaga, que sigue vacío, se recuerda habitualmente al guardia civil fallecido con diferentes elementos conmemorativos que unos desconocidos venían saboteando al menos desde 2017.
Por ello, al constatarse que las flores y mensajes eran «sistemáticamente» retirados o destrozados, el instituto armado inició una investigación que se ha saldado estos últimos días con dos detenidos: uno en Bilbao y otro en la propia localidad de Legutiano. Ambos están acusados de un presunto delito de humillación a las víctimas de terrorismo.
La operación ha sido llevada a cabo por el Servicio de Información de la Guardia Civil y coordinadas por el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional.
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