Desvalijan una joyería del centro de Bilbao con un alunizaje de madrugada

Por las imágenes grabadas por las cámaras de videovigilancia, se sabe que los tres asaltantes llegaron al establecimiento a bordo de un BMW de alta gama a gran velocidad. La Ertzaintza, cuerpo que se encarga de la investigación, sospecha que se trata de delincuentes especializados y que habían planificado el robo de manera meticulosa días antes. Apenas tardaron dos minutos y medio en dar el golpe. Es el tiempo que estuvieron dentro de la tienda, pero en ese escaso plazo cruzaron un contenedor en mitad de la calle, que en este tramo es semipeatonal, probablemente para garantizarse la vía de escape abierta y sin otros vehículos que les pudieran obstaculizar el paso y facilitar así su salida apresurada.

Después, desatornillaron uno de los bancos de madera situados en la acera, aunque tampoco se descarta que lo sacaran de cuajo con la ayuda del propio coche. Y enfilando el comercio marcha atrás, estamparon el BMW contra la puerta de la joyería. El turismo utilizado como ariete llevaba las placas de matrícula dobladas.

El impacto reventó la persiana del establecimiento, que a esa hora de la madrugada estaba bajada. Quedó desencajada de los raíles y así pudieron levantarla. Los asaltantes llevaban mazas para abrirse paso y bolsas para guardar lo robado. La puerta de cristal situada debajo quedó reducida a añicos. De esta forma, los ladrones accedieron al interior de la tienda y se llevaron «todo lo que pudieron», según indicó uno de los propietarios. Los estantes donde estaban colocados los collares, pendientes, anillos, pulseras y relojes, entre otros productos de gran valor, estaban arrasados. Al menos, toda la joyería que estaba a la vista había desaparecido.

Los responsables del negocio tendrán que hacer recuento para saber exactamente el valor de lo que les han sustraído de cara a poder cobrar algo de la póliza del seguro.

Una vez que se habían apoderado del botín que iban buscando, los tres individuos salieron corriendo y volvieron a montarse en el coche. Huyeron por la salida de la ciudad, conocida como La Ballena, en la zona del estadio de San Mamés, y se perdió su rastro. «La Policía apenas tardó cuatro minutos en llegar, vinieron muy rápido», agradecía uno de los dueños. De inmediato se estableció un dispositivo de búsqueda por las inmediaciones y se abrió una investigación para intentar identificar a los ladrones.

En diciembre de 2018, se perpetró un asalto calcado en una tienda de móviles de la calle General Concha. Cuatro encapuchados estrellaron un coche contra la luna y se apoderaron de decenas de terminales. Y a unos metros de distancia de la joyería, en la misma calle ercilla, cinco años antes, en 2013, los delincuentes vaciaron la tienda K-tuin de productos Apple, que apenas llevaba un mes abierto. Consiguieron reventar la persiana con una cizalla y golpearon el cristal de la puerta de entrada con una arqueta hasta romperlo. Ya en el interior, apenas emplearon unos minutos para llevarse todo lo que pudieron antes de que llegara una patrulla de la Ertzaintza.