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«Escuché un ruido atronador y después noté como varios cascotes me golpeaban en la cabeza, los brazos... Hemos tenido mucha suerte. Lo peor es el miedo y el impacto psicológico». El vecino de Sopela J. B., de 33 años, es uno de los cuatro ... heridos registrados el pasado domingo en el aeropuerto de Valencia, a consecuencia del desprendimiento de un techo en una sala de embarque. Los afectados son dos chicas de Sevilla, una mujer vizcaína y el citado ciudadano de Sopela. Todos están bien, aunque padecen secuelas físicas y psicológicas.
Precisamente, el sentido cívico del vizcaíno evitó daños mucho más graves a las tres chicas, ya que J. B. les avisó de que algo extraño pasaba y las jóvenes se cambiaron de sitio, dejando libre el lugar que se llevó la peor parte del derrumbe. «Si no llega a ser por el muchacho de Sopela, lo mismo no lo contamos», explicó la andaluza Carmen Recio.
Todo sucedió sobre las siete de la tarde en una sala de espera del aeródromo de Manises. Los dos vizcaínos aguardaban para abordar un vuelo a Bilbao y las otras dos chicas, que venían de una boda, iban a poner rumbo a Sevilla. «Me senté en primera fila, con total normalidad. No había ninguna señalización ni estaba acordonado», cuenta J. B. «Al rato pasó un agente de la Guardia Civil y me dijo que me pusiera más atrás, que se veía que el techo estaba como afectado. No le di demasiada importancia, pero me cambié».
Pasados unos minutos llegaron las dos jóvenes andaluzas y la otra vizcaína, que son amigas. J. B. les avisó. Y las chicas también dejaron libre el espacio, por precaución. «No llevábamos ni dos minutos esperando, cuando aquello se vino abajo», relató Carmen. «Fue horrible: noté varios golpes por todo el cuerpo y la sala se llenó de una nube de escombro y polvo. No podíamos respirar bien. De hecho, luego nos sonamos los mocos y salía todo negro».
J. B. describió también el momento del desprendimiento como una situación de pánico. «Sabes que estás en un aeropuerto y lo primero que te viene a la cabeza es que lo mismo se ha salido un avión de la pista o algo así...». Carmen Recio contó que al desplome le sucedió una estampida. «Los demás pasajeros salieron corriendo como locos».
Los cuatro heridos fueron atendidos allí mismo. El joven de Sopela sufrió golpes en los brazos, la pierna y la cabeza. «Tengo contusiones y varios hematomas. Estoy más o menos bien. Algo dolorido y, sobre todo, impresionado e impactado». Una portavoz del aeropuerto de Valencia aseguró que se ha abierto una investigación. El aeródromo trata de buscar una explicación al desprendimiento en una zona que ha sido remodelada hace muy poco.
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