El décimo Godó espera ya a Nadal

El número 84 de la ATP, era un viejo conocido para Rafa. Horacio, que solo ha jugado cuatro semifinales en el máximo nivel, ya sabe lo que es vencer a Nadal en una final. Lo hizo en 2013, en el extinto torneo chileno de Villa del Mar, lo que le convirtió en uno de los 35 afortunados que han vencido a Rafa en la final de un campeonato. El argentino es uno de esos jugadores que incomodan al balear, zurdo como él y sin nada que perder y mucho que ganar. Las casas de apuestas le daban menos de un 7 % de posibilidades de ganar, pero lo mismo ocurrió en Chile, y la victoria cayó del lado de Zeballos.

Nadal, que no es de los que se confían, salió apretando y fuerte al saque, aguantó sus dos primeros servicios, pese al fuerte viento que azotaba la Ciudad Condal y consiguió romper el saque de su adversario en el cuarto juego, y encima en blanco. Suficiente para minar la confianza del argentino y avisar a la abarrotada grada de la pista Rafa Nadal, que aún le queda un partido por jugar en Barcelona. El viento, en lugar de favorecer los efectos de Nadal, los minaron y el revés a una mano del argentino no se convirtió en el blanco de los ataques del balear, porque Zeballos los contrarrestaba con paralelos muy peligrosos.

Esto impidió a Rafa cerrar antes el set y tener que pelear en el noveno juego, con 5-3 a favor para conseguirlo. Salvó el manacorense tres pelotas de rotura y se enfundó el primer parcial a la primera oportunidad que tuvo.

Los efectos del viento se hicieron más notables en la segunda manga, y dieron más opciones a Zeballos, uno de esos jugadores que viéndole jugar, uno se pregunta cómo a sus 32 años nunca superó el puesto 39 de la ATP. No aprovechó Rafa bolas de rotura en el primer juego ni en el tercero, y el festival de reveses a una mano del argentino alcanzó su culmen en el cuarto juego con Nadal al saque cuando conectó un passing espectacular que le dio dos oportunidades de break.

El balear las salvó y tuvo que esperar hasta el octavo juego para certificar la rotura, cuando Zeballos no acertó a golpear una bola y se llevó las manos a la cabeza, al saber que había entregado el partido. Cerró Rafa al saque su novena victoria consecutiva, que querrá elevar en la final para unir Barcelona a esa lista en la que ya está Montecarlo, como torneos que ha ganado en diez ocasiones.

Un hueso austriaco

En la final le esperará un hueso duro de roer como el austriaco Dominic Thiem, que consiguió su primera victoria ante un número uno al apartar al británico Andy Murray por 6-2, 3-6 y 6-4. El jugador de 23 años, que utiliza el revés a una mano, como ya le ocurrió a Nadal con Monteiro en segunda ronda y con el propio Zeballos, posee un cara a cara negativo con el manacorense, con el que perdió en Roland Garros 2014 y en Montecarlo 2016, y cuya única victoria fue en las semifinales del torneo de Buenos Aires. Por lo tanto, la final de Barcelona será su cuarto enfrentamiento, todos ellos sobre tierra batida, la superficie que mejor se adapta a las condiciones del número nueve de la ATP, gracias a una gran derecha y un excelso golpe de revés, que lo convierten en uno de los jugadores más apetecibles para ver sobre una pista de tenis.

El cuarto semifinalista será el argentino Horacio Zeballos, número 84 del mundo y que alcanza la penúltima ronda de un torneo por primera vez este año, tras eliminar el viernes (6-4 y 6-1) al ruso Karen Khachanov, mermado por una lesión en el pie que necesitó de asistencia médica.

Zeballos tendrá el premio de enfrentarse a Nadal, nueve veces vencedor del abierto barcelonés. Ambos ya se han visto las caras en dos ocasiones, las dos en polvo de ladrillo: en la segunda ronda de Roland Garros 2010, donde ganó el español, y en la final de Viña del Mar 2013, en la que se impuso Zeballos en tres igualadísimos sets con dos 'tie-breaks' para levantar el que hasta hora es el único título de su carrera.

El único jugador entre los diez primeros que participaba en el torneo y que no ha llegado a la penúltima ronda ha sido el belga David Goffin (10), que precisamente cayó en lo octavos de final ante Khachanov.

Nadal, que esta semana persigue su décimo título del Godó, alcanzó ayer por décima vez las semifinales del abierto barcelonés tras eliminar al coreano procedente de la fase previa Hyeon Chung, una de las revelaciones del torneo, por 7-6 y 6-2.