Valiente, poderoso y heroico

Desde entonces, este hombre, que según las estadísticas oficiales mide 1,86 m de alto y pesa 84 kg, fue acumulando títulos sin parar: trece en total. Cinco del Manomanista. Cinco del de parejas y tres del Cuatro y Medio. El comité de sabios de este deporte profetizó que este pelotari, que pertenece a la especie de predadores de sangre caliente, podría marcar una época. Y la ha marcado, sin duda.

Cuando Martínez de Irujo destapa el tarro de las esencias es único. Se inventa unas jugadas que parecen salidas de las manos de un creador de dibujos animados. Elabora el tanto con un gusto exquisito. Entra en la pelea con una pequeña dosis de quietud y riesgo, generando una gran convulsión en la grada. Nunca renuncia a su libreto, escrito entre letras cargadas de agresividad y de mala leche. Es así, para bien o para mal, y muere defendiendo su doctrina con las botas puestas. Aunque el navarro opine lo contrario, la suerte ha sido en muchas ocasiones su mejor aliada en la cancha. Muchos de sus compañeros de profesión afirman que «ha nacido con una flor».

Ahora, habrá que esperar para ver si su baja por una dolencia cardíaca es realmente temporal o si, por desgracia, los aficionados de pelota no vuelven a disfrutar de su magia en los frontones.