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juan pablo martín
Sábado, 5 de diciembre 2015, 22:37
La sequía ha sido larga. Demasiado. La pelota vizcaína tuvo brotes, pero no llegaron a florecer del todo, y muchas generaciones de aficionados y practicantes de esta especialidad buscaron referentes más allá del territorio. Por lo general los elegidos fueron pelotaris navarros, los grandes dominadores ... en los frontones en los últimos años. De la noche a la mañana, sin embargo, Mikel Urrutikoetxea ha cambiado el panorama. Sus títulos en el Manomanista y en el Cuatro y Medio han permitido a Bizkaia recuperar el protagonismo en una modalidad con gran arraigo en el territorio. El delantero de Zaratamo ha puesto en entredicho la supremacía navarra y se ha colocado a la altura de Aimar Olaizola, Juan Martínez de Irujo y Oinatz Bengoetxea. Lo ha hecho, además, cuando Gipuzkoa ya empezaba a encenderse con la irrupción de jóvenes figuras como Altuna III, Artola e Irribarria, y mientras La Rioja está aún a la espera de ver quién puede suplir la imborrable huella dejada por Titín III.
Hasta ahora era el innegable talento de Pablo Berasaluze el que encandilaba a los vizcaínos de más edad. Pero el de Berriz, a pesar de que tuvo un par de recientes oportunidades de coronarse en el Parejas, no consiguió encaramarse al escalón más alto. Urrutikoetxea lo ha pisado en dos ocasiones consecutivas y en las luchas individuales que tanto se aprecian en esta disciplina. Se le esperaba, pero su irrupción ha supuesto el despertar de un sentimiento aletargado entre los más veteranos y desconocido para los jóvenes de la provincia, huérfanos de ídolos cercanos.
El delantero de Zaratamo ha puesto la primera piedra para que los niños crean que llegar a lo más alto es posible y ha extendido la esperanza en los clubes del territorio, frustrados por su desigual pelea con el fútbol para mantener a las jóvenes promesas. Y un tanto desmoralizados al ver cómo su trabajo en las categorías más tempranas se venía abajo porque, transcurrido un tiempo, los niños se marchaban y ya no había manera de recuperarlos. De entrada asumen que esa guerra está perdida, pero con el nuevo escenario que se les ha abierto con el reclamo de Urrutikoetxea tienen fe en ganar alguna batalla.
Digestión lenta
«Está claro que su irrupción va a beneficiar a la pelota vizcaína, y si encima gana de la forma tan épica como lo hizo (ante Irujo tras remontar un 20-10), pues muchísimo mejor», subraya Patxi Ziskar que, junto a Inhar Ugarte e Iker Gordon, forman el plantel de técnicos del Kurene de Sopela. Cuentan con 70 chavales en la modalidad de mano y 50 en pala. «Hasta ahora carecíamos de un pelotari del que pudiéramos estar orgullosos, y éste es el nuevo gallo de Bizkaia. Ha demostrado que va a tener opciones de luchar por más títulos porque tiene muchos recursos», añade.
La combinación resulta explosiva y se ha notado desde que se diera a conocer que Olaizola II y Urrutikoetxea jugarían juntos el Campeonato de Parejas. Un delantero contrastado como el navarro y el tirón que en la actualidad tiene el campeón del Manomanista y del Cuatro y Medio, ubicado en una posición en la que no es habitual, ha hecho que muchos municipios se interesen por contar con un festival del tormeo en el que el de Goizueta y el de Zaratamo formen parte del cartel. «Los quieren en todos lados», admiten desde Asegarce, que ha visto incrementada la cantidad de peticiones.
Sin embargo, el número de aficionados que en estos momentos puede congregar un partido en el que ambos vistan de colorado hace que la promotora bilbaína medite mucho dónde va a programarlos. «Es una pareja de campanillas, por lo que tiene que jugar en frontones importantes», señalan.
El aforo en este caso adquiere su importancia, y por lo que parece bastantes de los encuentros que disputen serán en los recintos más grandes existentes en la actualidad. En la primera jornada jugarán en Durango por un problema de ubicación al que tuvo que hacer frente la empresa a última hora. «No hubo problemas para encontrar municipio sustituto. Se les advirtió de que Olaizola no iba a jugar porque estaba lesionado y que sería Elezkano II el que lo haría en su lugar, pero al que querían era a Urrutikoetxea», manifestaron.
El segundo encuentro lo jugarán en Urretxu, mientras que, de momento, se les reserva el frontón Bizkaia para la cuarta jornada, en la que medirán sus fuerzas con Irujo y Rezusta, otra de las parejas candidatas a estar muy arriba. A pesar de que todavía queda bastante tiempo, las promotoras pusieron el jueves a la venta las entradas porque consideran que, al ser en Navidad, pueden reunir a un número importante de aficionados.
De momento se desconoce dónde jugarán los otros partidos, pero no sería extraño que volvieran a recinto de Miribilla en más ocasiones antes de la final, porque todavía les quedarían otros once encuentros para finalizar la liga de doble vuelta. Aunque no quisieron desvelar cuáles eran los emplazamientos, desde Asegarce se aseguró que «prácticamente todos sus partidos están ya asignados teniendo en cuenta dónde pueden despertar un mayor interés y la capacidad de los frontones». Desde la operadora vizcaína se ha constatado que «Bizkaia se ha encendido con Urrutikoetxea y se ha volcado con él».
Y es que el territorio siempre ha sido un buen caladero para las empresas a la hora de la venta de partidos de este campeonato. Aunque hasta ahora no había un referente tan claro como el delantero de Zaratamo, Pablo Berasaluze siempre ha tenido un importante tirón en esta competición. Basta repasar los años anteriores para comprobar que hasta seis municipios diferentes albergaron encuentros del Parejas, además de Bilbao.
Las opciones
El Bizkaia es el de mayor capacidad, pero la provincia cuenta con buenos frontones cuyo aforo medio supera los 600 espectadores, cifras que pueden hacer rentable un festival de estas características. Amorebieta, Etxebarri, Urduliz, Mungia y Arrigorriaga han sido sedes habituales de este campeonato, a las que se han unido en las últimas temporadas municipios como Markina y Munitibar, porque en ambos casos contaban con pelotaris profesionales que también tienen sus reclamos. En el primero, Aretxabaleta, que disputó los dos últimos Parejas. En el segundo, Irusta, que jugó en el primer partido antes del estelar. Este año, aunque el markinarra esté fuera de la competición, el club de pelota de esta localidad también baraja la posibilidad de organizar un festival por tercera temporada consecutiva.
Pero el número de municipios puede aumentar. Lekeitio y Bermeo, dos pueblos en los que la pelota tiene una destacada presencia durante sus fiestas patronales en el mes de septiembre, también han mostrado su interés en acoger partidos del campeonato más largo.
«Hacía falta algo así porque en Bizkaia la situación está un poco delicada. Nosotros somos unos privilegiados, pero hay municipios que lo están pasando mal por falta de jóvenes», destaca Javi Emaldi, presidente del club Lagun Onak de Amorebieta, que forma a 66 chavales entre federados y escolars.
Sin embargo, las consecuencias de lo logrado por Urrutikoetxea en las canchas necesita una digestión lenta para calibrar su verdadero alcance en el futuro. En su club de Zaratamo ha empezado a dar sus frutos en cuanto al número de captaciones después de que consiguiera el Manomanista el pasado mes de junio, pero la cercanía en ese caso es máxima. En el resto de la provincia no se ha vivido desde hace demasiados años una situación parecida, por lo que existe cierta expectación por cómo van a responder los chavales. «Todavía es pronto para todo. A medida que vaya haciendo más cosas se pueden obtener beneficios respecto a la respuesta de los más jóvenes», destaca Ziskar.
Lo que también puede generar la cosecha de títulos es que los padres se enganchen a este deporte y se animen a que sus hijos lo practiquen. «Tendríamos más facilidades porque la implicación sería mayor», señala Emaldi. Ese puede ser otro de los pilares. El incremento del número de aficionados que se presupone puede traer el pelotari vizcaíno puede abrir los ojos hacía una disciplina que para muchos todavía es desconocida.
Las facilidades en la captación se incrementarían. En la actualidad, la mayoría de clubes llevan a cabo campañas en los centros escolares de sus localidades que suelen correr diferente suerte. «Muchas veces funcionan porque se animan dos que luego son capaces de atraer a un grupo porque son de su clase o de su cuadrilla. Es bastante raro que venga uno solo», apunta el presidente del club Danok Lagunak de Ortuella, Endika López, cuya escuela ronda el medio centenar de practicantes.
Pero lo más complicado es retener a los chavales una vez que están dentro. «Si tienes cuarenta niños siempre es más fácil que se queden diez. Por eso hay que trabajar con ellos desde el inicio para que adquieran los conocimientos, sepan desenvolverse y disfruten», añade Peio Urionabarrenetxea, que prepara a 65 pelotaris en la escuela de Markina.
A partir de cadetes
Y es que el fútbol hace estragos en los clubes. La pelota es una lucha individual en la que las carencias quedan bastante más a la vista que en los deportes colectivos. Ésta es una de las razones por las que, a partir de cadetes, muchos aspirantes a pelotaris dejan de serlo porque prefieren pasarse a una disiciplina en la que los errores pasan más desapercibidos. «En los jóvenes a partir de esa edad es en los que mayor efecto puede tener que contemos con un campeón. Les puede motivar más porque ya son conscientes de lo que realmente ha conseguido Urrutikoetxea y puede suponer un acicate para ellos», señala Urionabarrenetxea.
Porque la pelota, una vez que se deja, es muy complicado que se vuelva a retomar. El proceso de aprendizaje requiere una constancia y unas pautas que son muy complicadas de recuperar tras años fuera de ella. De hecho, son muy pocos los que vuelven.
Hasta ahora, la principal baza de los clubes para mantener a los jóvenes era conseguir que estuvieran lo más a gusto posible en la entidad. «Lograr un buen ambiente en edades tempranas y mimar a los mayores. El secreto es la cercanía», apunta Ziskar. Ahora pueden tener uno más. El referente de Bizkaia que haga que los padres «no les hagan elegir, como ocurre en muchos casos», apunta Urionabarrenetxea.
De hecho, muchos de los niños de estos clubes presenciaron y disfrutaron de la última final del delantero de Zaratamo en el frontón Bizkaia. «Les demostró que también se puede salir campeón aunque sea vizcaíno y que puede haber un cambio», señala López. Desde entonces, lo que sí han detectado en los clubes es que ahora, cuando en los entrenamientos se organizan partidillos de parejas, algunos quieren ser Olaizola y otros Irujo, pero también empieza a aparecer el nombre de Urrutikoetxea como candidato entre los más pequeños. Buena señal. Es un comienzo.
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