La Federación Española de Tiro Olímpico, en situación de insolvencia por una deuda de tres millones

Pero la prosperidad deportiva esconde una catástrofe económica. El presidente elegido el 25 de enero, Miguel Francés, define la situación económica de «insolvencia, susceptible de agravarse en los próximos meses a causa de importantes deudas contraídas por la anterior junta directiva». El dinero pendiente de pago por el exdirigente es de tres millones.

Para evitar la quiebra y la disolución, la actual directiva solicitó el 26 de mayo a los Juzgados de lo Mercantil de Madrid el preconcurso de acreedores. Se trata de la federación más potente de España en llegar a esta situación. Antes cayeron la española de espeleología, la catalana de balonmano, la alavesa de pesca y la madrileña de natación.

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Además, para esquivar una catástrofe financiera, ha pedido al Consejo Superior de Deportes, uno de sus acreedores de referencia, que compre el centro de alto rendimiento de la federación en Las Gabias, Granada, donde se celebró el Mundial de 2014 y un lugar de referencia internacional en este deporte. «Es la única solución que tenemos para salir de la situación a la que nos ha llevado el anterior equipo directivo», mantiene el presidente.

Este centro, compuesto por un pequeño hotel, que hace la veces de edificio social, y de galerías de tiro, «ha sido gestionado de forma negligente desde su construcción en 2002 y sólo ha servido para generar mayores deudas a la Federación», según indican fuentes próximas a la actual junta.

El órgano de gobierno se muestra perplejo porque en el pasado proceso electoral se pidió un préstamo con garantía hipotecaria de este centro por valor de 700.000 euros y que vence el 31 de diciembre. La directiva estudia si ésta y otras peticiones financieras hechas en el periodo electoral por el expresidente Rodrigo de Mesa son legales.

Las dimensiones del desastre económico que se puede llevar por delante a la Federación se visualizan en las cuentas del presidente, quien cifra en tres millones de euros las deudas conjuntas de la Federación y de su Fundación.

El nuevo máximo dirigente se encontró a su llegada con que había trabajadores a los que se adeudaban dos meses de nóminas. Eso le hizo «tomar la difícil decisión de despedir por razones objetivas a cinco de ellos». El presidente «planteará posibles soluciones a los acreedores» con un único objetivo, «garantizar la continuidad de nuestro deporte».