Donald Trump, junto al dueño de los Patriots, Robert Kraft, durante un partido de esta temporada.
Béisbol

¿Juega el equipo de Trump la Superbowl?

Los Patriots de Boston se enfrentan el domingo a Atlanta en la gran final del fútbol americano bajo la sospecha de haberse convertido en la franquicia preferida del polémico presidente de los Estados Unidos

Antón lafuente

Viernes, 3 de febrero 2017, 17:33

Donald Trump es un genuino producto de Nueva York. Un empresario de éxito radicado en la ciudad de los rascacielos, que hace bandera de su residencia, pero al que sin embargo no se le conoce afición alguna a los distintos equipos deportivos asentados en la ... ciudad. Nunca ha mostrado públicamente predilección por los Yankees de béisbol, o por los Giants de fútbol americano o por los Knicks de la NBA. Sin embargo hay un equipo que disputa el domingo en Houston la Superbowl, la gran final del fútbol americano, que lo hace bajo la sospecha de haberse convertido en el preferido del polémico presidente de Estados Unidos: los New England Patriots.

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El equipo de Boston es la franquicia dominante de ese deporte en la última década. Bajo el mando del entrenador Bill Belichick y comandados por el quaterback Tom Brady 39 años, alto, guapo y marido de la top model brasileña Gisele Bundchen han llegado a su séptima Superbowl en doce años, con cuatro victorias y dos derrotas hasta ahora. Cifras nunca alcanzadas por un equipo de fútbol americano y que pueden aumentar este domingo (Cero, 00.30 horas del lunes), no se sabe si con la asistencia del propio presidente Trump, frente a los Atlanta Falcons, un equipo superofensivo que sin duda les creará problemas a pesar de que son favoritos en las apuestas.

Los Patriots son el emblema de una ciudad, Boston, en la que Hillary Clinton obtuvo en las últimas elecciones presidenciales nada menos que el 81% de los votos. Y sin embargo hay suficientes indicios para pensar que se ha convertido en el equipo preferido de un Donald Trump que no dudó en acudir a verles jugar en su estadio el pasado mes de octubre en plena campaña electoral. Y probablemente lo es porque el presidente de los Estados Unidos mantiene una relación de amistad con las tres grandes estrellas de la franquicia. Su propietario, Robert Kraft; su entrenador principal, Bill Belichick; y su mejor jugador, el quaterback Tom Brady.

Funeral de la mujer

Es amigo del dueño, Robert Kraft, judío y demócrata, por negocios del pasado y porque, tras la muerte de su mujer, tanto él como Melania fueron al funeral y mantuvieron el contacto durante meses para ayudarle a pasar el mal trago. A Robert Kraft se le ha visto incluso de visita en la Trump Tower neoyorquina en las últimas semanas, tras el triunfo electoral del polémico empresario. Y ello a pesar de que fue uno de los mayores donantes de la campaña de Barak Obaama en 2008.

El nuevo presidente americano mantiene una amistad también con Tom Brady, seguramente uno de los tres quaterback más grandes de la historia. Juegan en verano juntos al golf y han comparecido mano a mano hasta en ruedas de prensa. Al jugador se le vio una gorra de la campaña de Trump bien visible en la taquilla del vestuario en los meses previos a su victoria sobre Hillary Clinton.

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Y sorprendentemente también tiene complicidad con el entrenador Bill Belichick, siempre austero, cortante y apolítico en sus declaraciones públicas, pero que en plena campaña electoral envió una carta elogiosa a Donald Trump y le dio permiso para leerla durante un mitin en New Hampshire. Teniendo en cuenta que Belichick es seguramente el mejor coach de la historia y tiene decenas de millones de admiradores, ésa fue sin duda una de sus grandes bazas.

Ya en Houston, en los días previos a la Superbowl, el gran acontecimiento deportivo del año en Estados Unidos, los tres protagonistas de los Patriots han eludido hacer comentarios al respecto de su relación con Donald Trump, intentando evitar cualquier mención a la política, algo casi imposible en las actuales circunstancias. De hecho, la complicidad institucional de la franquicia de Boston con Donald Trump le empieza a granjear enemistades hasta ahora impensables en un equipo admirado mayoritariamente en Estados Unidos. Por si acaso, una de las estrellas del ataque de los Patriots, Marcellus Bennet, un veterano jugador negro que ha llegado esta temporada al equipo, ya ha advertido que si ganan la gran final a Atlanta él no asistirá a la recepción oficial en la Casa Blanca. No quiere ni ver al polémico presidente. Aunque su equipo sea el de Donald Trump.

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