Manuela díaz
Viernes, 23 de septiembre 2016, 16:21
«Simplemente estábamos en Goienkale a la una de la madrugada, bailando y tomando unos tragos. Los jugadores pensaron que tenían el derecho de hacer cualquier cosa porque éramos mujeres». Las acosaron, las zarandearon, las manosearon, las besaron y las acorralaron. Ayer, Durango Rugby Taldea ... lanzaba un 'golpe de castigo' contra el AS Bayonne por las agresiones sexistas que protagonizaron el pasado 3 de septiembre.
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El club durangués ha sido claro y tajante. No solo denuncia los hechos y pide «tolerancia cero», sino que va más allá. Elaborará un protocolo de actuación para evitar que algo así se repita. «El respeto es el primer punto del decálogo del jugador de rugby, no toleraremos ningún comportamiento sexista en nuestro club ni en nuestras instalaciones», matizó su presidente, Juan Manuel Iriondo 'Txapo'.
Desde el AS Bayonne guardan silencio. No sucede lo mismo con Durango Rugby Taldea que ha roto las relaciones deportivas con el club galo y ayer hizo pública la carta que las jóvenes enviaron al club local tres días después de los hechos. Entonces no denunciaron los hechos, pero hartas del cáliz que están tomando en Durango las agresiones sexistas -seis en menos de un mes- decidieron enviar al club su experiencia para que tomara partida.
Las jóvenes disfrutaban de la noche del sábado cuando entraron, como tenía por costumbre, al establecimiento hostelero que el club de rugby regenta en el casco histórico como sede social. En su interior se encontraba un grupo de jugadores franceses, que horas antes habían participado en un encuentro amistoso ante el Durango Rugby Taldea. «Cuando llegamos el ambiente era tranquilo, pero empezamos a bailar y comenzó el acoso», las caricias y besos en la espalda, en el pelo, los tocamientos y zarandeos. «Nos obligaban a bailar y a una de nosotras la acorralaron en el baño entre cuatro jugadores y no la dejaban en paz hasta que pudo zafarse», señalan en el escrito. «Hartas», decidieron irse a casa, momento en el que tres jugadores se acercaron y uno de ellos besó a una de las jóvenes. «Les hicimos frente y nos empujaron», detallan.
Tres días después del ataque enviaron su relato de los hechos al club local, que inmediatamente se solidarizó con las víctimas y envió el texto «íntegro» al AS Bayonne, que por el momento ha hecho oídos sordos. «Nos reafirmamos en la denuncia de cualquier acto que signifique una agresión sexista, venga de donde venga, y más aún si viene por parte de unos invitados del club a nuestro pueblo, supuestamente jugadores de rugby», matizaron ayer.
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Durango Rugby Taldea no se ha limitado a lamentar lo ocurrido, sino que se ha propuesto ganar el partido a las agresiones sexistas y avanza hacia adelante. De momento, ha comenzado a trabajar para declarar la sede del club «espacio libre de agresiones». Además, confeccionará un protocolo de actuación «por si en un futuro se puedan volver a repetir estos actos».
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