Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
igor barcia
Viernes, 6 de mayo 2016, 21:55
Entre Bilbao y Bermeo apenas hay 34 kilómetros, pero para Virginia Berasategui hay tres años de distancia y un largo túnel que ha tenido que atravesar para encontrar una salida. En el triatlón de la capital vizcaína enterró su carrera profesional tras un positivo. Y ... en el de la villa costera arranca esta tarde una nueva trayectoria en la que su mayor deseo es «disfrutar de mi deporte y hacerlo con fines solidarios». Embarcada en la Asociación Siempre Adelante, que recauda fondos para luchar contra la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), la triatleta vizcaína más laureada emprende un nuevo camino. «Es el mejor que se me ha ocurrido para volver a competir y ser feliz».
¿Cómo afronta su reaparición?
Estoy muy nerviosa. Este último mes ha sido muy especial con la presentación del proyecto, el impulsarlo y el retorno a la competición en categoría V1 (veteranas). Estoy como cuando empecé mi trayectoria.
Supongo que le habrá dado muchas vueltas en estos últimos días a todo lo vivido.
Le estoy dando vueltas a todo, en especial al camino recorrido durante los tres últimos años. Me ha costado mucho. Al final he conseguido quedarme con lo bueno, aunque siempre hay momentos donde todavía tienes un pellizco en el estómago recordando todo lo que pasó.
¿Cómo surge el proyecto solidario?
Tenía claro que quería volver a competir, pero no sabía hacia dónde tirar. Volver era suficiente meta, pero necesitaba algo que me ayudara a coger de nuevo la disciplina de entrenamientos. No vuelvo como profesional, pero me gustaría hacerlo lo mejor posible, sin olvidarme de disfrutar de mi vida. A finales de 2015 conocí a Rafa López, profesor del colegio Pinosierra de Madrid, que me preguntó a ver si podría dar alguna charla con los chavales de su cole. Congeniamos, me presentó a gente de su club de triatlón y me hizo ver que si mi vuelta iba a ser noticia, podía aprovechar mi imagen para causas solidarias. Y ahí me vino la asociación Siempre Adelante. Yo ya tenía contacto con Jaime Caballero, conocía todas sus proezas en favor de esta asociación y todo ello me llevó a pensar en que yo también podía ayudar en la lucha para investigar y mejorar la vida de las personas afectadas por ELA. Así decidimos buscar patrocinadores y que ese apoyo recayera en un número de cuenta para apoyar.
¿Todos los apoyos para fines solidarios?
Sí. Todo va a la asociación. Si me quieren dar material bien, pero el aspecto económico que se invierta en la asociación. Me gustaría hacer balance a final de año y ver que se ha conseguido un buen número de euros. Por lo demás, ya he conseguido todo lo necesario y vuelvo con una bici que tiene su punto romántico, porque con ella fui tercera en el Ironman de Hawai.
¿Y regresa sin presión?
No quería entrar en el blucle anterior de autoexigencia, me conozco y no quiero. Mi máxima preocupación es encontrar un trabajo, pero mientras tanto, necesito un compromiso para entrenar cada día para salir de casa, y este es el mejor que se me ha ocurrido.
¿Cómo se verá su vuelta?
Sé que para algunos nunca seré bienvenida al deporte, y lo acepto y entiendo. Pero yo me quedo con las muestras de cariño de gente que no es que se alegre porque vuelva a competir, sino porque sea feliz.
¿Le preocupan las reacciones en la salida de Bermeo?
No. Todo el mundo está en su derecho a mirarme como quiera, pero me gustaría que ya no me juzgaran más y pueda seguir con mi vida. Me quedo con la gente que va a ir a verme. Y con haber conseguido salir del túnel. Quedan secuelas, pero algo mínimo comparado con todo lo que he vivido en estos tres años. Yo soy libre de estar aquí.
¿Qué diferencias hay entre su anterior etapa y la que abre ahora?
Sé que hay gente que dice que no debería volver, porque si tanto me gusta el deporte, no debería haber hecho lo que hice. Lo siento, pero me encanta lo que hago. Aquella etapa profesional ya no vuelve, pero yo quiero disfrutar del deporte, tengo mis hobbies y dedicaré mi tiempo a otras cosas, pero la mayor parte de mi vida ha sido el deporte y es lo que me ayuda. En estos años también he descubierto lo que es entrenar y divertirme, porque llegó un momento que la diversión era mínima.
¿Ha influído en su decisión el no querer dejar su deporte de la peor forma posible?
Sí, yo he dado mi vida por este deporte, con mis altibajos, y no puedo irme de lo que ha sido mi deporte de esta manera. Quiero irme con el gusto de que he vuelto a competir y me lo he pasado bien. Y tomar yo la decisión de hasta aquí he llegado y ahora sí me retiro.
En su día dijo que también tenía derecho a una nueva oportunidad.
Cierto. Esta es mi nueva oportunidad. Sé que hice mal, pero he peleado por volver. Y voy a saborear mucho más las cosas de lo que hice en mis mejores momentos. Cuando veo mi bici o fotos de mis éxitos creo que no me valoré lo suficiente. Soy muy solitaria y no supe aceptar esa ayuda y ese apoyo para saber valorar lo que estaba logrando.
¿Cómo califica entonces estos tres años?
Los he calificado como tres años jodidamente maravillosos. Siempre he dicho que solo aprendo a base de golpes, que la vida me ha despertado a base de golpes. Este fue demasiado duro, pero es cierto que ahora me siento como cuando empecé mi carrera, con esa emoción de los inicios. Yo con 12 años ya sabía que quería ir a Hawai, tenía las cosas muy claras y tenía más seguridad. Cuando empiezas no tienes nada que perder, pero luego ya entras en la vorágine profesional y todo cambia. En mi carrera conseguí grandes cosas y entiendo que mi positivo tuviera tanta repercusión porque también tuve mucho apoyo. Siempre me sentí muy bien tratada, he sido una privilegiada, he sido Ilustre de Bilbao, pregonera, premio Sabino Arana... y entiendo que la decepción fuera tremenda.
Y llega un día que no hay presión, ni cariño, ni objetivos...
Eso ha sido lo más duro. Toda mi vida sabía lo que tenía que hacer en cada momento. Y de repente el vacío total, sin objetivos, salvo el de encontrar un trabajo, claro. Te levantas sin nada y tienes que reinvertarte cada día. Ha habido cosas que he intentado pero tampoco tenía las fuerzas suficientes, porque de hacer algo tenía que ser un proyecto mío y ya estaba agotada. Toda la vida ha sido tirar de mí y lo que quiero ahora es hacer algo con gente. Me apetece conocer lo que es un equipo a nivel laboral o deportivo.
El perdón personal
Usted ha sido la más dura consigo, ¿cuando se perdonó?
No sé si la palabra es perdonar, pero me levanté el castigo cuando vi que este proyecto solidario iba a salir, y cuando conocí a la gente que me ha ayudado y empujado en mi regreso.
Eso son más de dos años, va más allá de la sanción deportiva por su positivo por EPO.
Sí. Mucha gente me decía que en cuanto se cumplieran dos años de sanción, a competir y adelante. Y yo sabía que no iba a ser así. Mi sanción no eran dos años, no sabía cuánto tiempo sería a nivel personal. A mí me daba igual que un día se cumpliera la sanción y me dijeran ya eres libre. ¿Libre de qué? Si mis fantasmas seguían estando ahí... Ahora, gracias a este proyecto he conocido a gente estupenda que piensa en mí como persona, que me ha ayudado a salir adelante, y me quedo con eso. Quizá como deportista no tenga una trayectoria intachable, pero como persona estoy intentando seguir adelante y buscarme la vida. Creo que tengo derecho a disfrutar, a un trabajo digno, a tener una familia, a tner amigos...
¿Y cree que está recuperando el apoyo de la gente?
Al principio se quedó defraudada, pero poco a poco ha ido volviendo, he ido recuperando el cariño de muchos, noto su apoyo y también me quedo con eso.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Así es el ciclo diario de la melatonina, la hormona que te ayuda a dormir
Yolanda Veiga e Isabel Toledo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.