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J.M. CORTIZAS
Sábado, 9 de abril 2016, 19:32
Tan decepcionante resultó el combate del siglo entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather que nadie se creyó que fuera a ser, como se barruntó, la última aparición de ambos en un cuadrilátero. El filipino ha estado inactivo desde aquella derrota, pasó por el quirófano para ... corregir una lesión en un hombro y se zambulló de lleno en su intento de ascenso de parlamentario a senador de su país, en lo que parece otra estación de paso hacia la presidencia. Su slogan electoral, Un puño verdadero al Senado llegará esta madrugada a todos los hogares de la nación porque Pac-Man dispondrá de «36 minutos para entrar en la historia del boxeo», según sus propias palabras, que además le supondrán un espacio electoral por el que encima cobrará a través del pago por visión. Las encuestas, dicho sea de paso, le colocan entre el octavo y décimo puestos en intención de un total de doce candidatos.
Será la penúltima de Pacquiao, como cuando se enredan las noches y nadie es voluntario para desertar. El MGM Grand Garden de Las Vegas, el escenario. El rival, un viejo conocido, Timothy Bradley con el que ya se ha medido en dos peleas precedentes con suerte dispar. En junio de 2012 el californiano recibió una decisión favorable, no unánime de los jueces, y en abril de 2014 las tres cartulinas coincidieron en el claro triunfo del filipino. Si Manny ha sido campeón en ocho categorías distintas, el estadounidense se jacta de una carrera muy limpia, con 13 cinturones entre conquistas y defensas y una marca de 33-1-1, con 38 k.o., más redonda aunque también corta que la de su oponente (57-6-2 y 13 triunfos por la vía rápida) y cinco años menos reflejados en su pasaporte (32).
Un combate que alimenta el morbo, suceda lo que suceda, de avanzar hacia lo que el plantea boxeo desea, la conclusión de la carrera de Manny Pacquiao cruzando guantes de nuevo con Mayweather. De aquella pelea surgió para la roca de Kibawe una bolsa de 75 millones de dólares que creció hasta los 125 por la recaudación televisiva. Esta vez, el fijo de partida se reduce en diez veces. Siete millones más lo que genere el pago por visión. Y en la esquina opuesta un tándem que debería preocuparle. No es gratuito el apodo bélico de Bradley (Tormenta del desierto), quien estará guiado desde el rincón por un personaje inabarcable, Terry Atlas, veterano comentarista de televisión y preparador que creció como asistente de Cus DAmato en la época en la que Mike Tyson era un adolescente con toda la furia de la naturaleza por controlar.
La velada de Las Vegas arrancará a las tres de la madrugada y podrá ser seguida, previo pago, en la plataforma totalchannel.
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