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El 11 de los All Blacks se destapó en 1995 durante el Mundial de Sudáfrica.
La leyenda del imparable

La leyenda del imparable

El mundo del deporte llora la muerte a los 40 años de Jonah Lomu, el gigante maorí que se convirtió en la primera megaestrella del rugby

Jon Agiriano

Jueves, 19 de noviembre 2015, 02:17

Will Carling publicó ayer en Twitter el selfie que se hizo junto a Jonah Lomu en Twickenham el pasado 31 de octubre. Debajo de la ... fotografía, un mensaje: «Justo antes de la final de la RWC con el gran hombre. Descansa en paz, leyenda. Amable fuera del campo, impresionante e imparable dentro de él». El gran capitán de Inglaterra conocía bien al gigante de Auckland. Lo sufrió en sus carnes varias veces, pero sobre todo la primera, que no fue otra que la histórica semifinal del Mundial de Sudáfrica. Jonah Lomu, un joven maorí de veinte años hijo de padres tonganos que sólo había jugado dos veces con los All Blacks, salió de aquel partido convertido en una estrella del deporte a nivel planetario, la primera que daba el rugby. Fue algo prodigioso. Y no se trata de que hiciera cuatro ensayos. Lo extraordinario fue cómo los hizo, la capacidad de devastación que demostró al realizarlos. Nunca se había visto algo así, un coloso de 1,95 metros y 119 kilos que, en lugar de jugar en la delantera, como dictaría cualquier canon, lo hacía de ala gracias a una cintura de espadachín y a una velocidad portentosa en alguien de su tamaño: 10,8 segundos los 100 metros.

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