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Robert Basic
Sábado, 7 de noviembre 2015, 01:34
Juan Carlos Pastor decidió hacer las maletas en 2013 y fijar su residencia en Szeged, una ciudad de poco más de 160.000 habitantes que vive sintonizada con su equipo de balonmano. Después de pasarse media vida en el banquillo de su querido Valladolid y ... de ganar el Mundial de Túnez con España (2005), la plata europea en Suiza (2006) y el bronce en los Juegos de Pekín (2008), el técnico vallisoletano decidió abandonar la devastada ASOBAL y trasladarse a Hungría, donde dirige a uno de los grandes del país, el Pick Szeged, que rivaliza como puede con el gigante Veszprém. En los últimos meses le llegaban cantos de sirena de varios rincones de Europa, pero Pastor ha decidido reforzar su compromiso con el club magiar y sellar una renovación hasta 2019. Si todo va bien, dispondrá de cuatro temporadas para dar un paso adelante y consolidar un proyecto ambicioso tanto a nivel nacional como internacional. Un desafío atractivo y a la vez exigente, no exento de peligros y con muchos obstáculos por salvar.
A comienzos de esta semana se ha hecho oficial la prórroga contractual del entrenador español, que ha valorado los pros y los contras de seguir en el banquillo del Pick Szeged y finalmente ha decidido aceptar la propuesta del conjunto húngaro. «La clave es el proyecto deportivo. El club quiere crecer y dar pasos hacia adelante. Está la posibilidad de disponer de más medios cada año para avanzar en Hungría y en Europa», explicaba el técnico nada más rubricar el nuevo documento. Cuando habla de «más medios» está claro que se refiere a los recursos económicos con los que reforzar la plantilla y dotarla de más variantes, proporcionarle más músculo, peso, kilos y brazos que lanzan misiles más allá de los nueve metros, la línea mágica que separa a los gigantes de los simples mortales. Es verdad que Pastor no puede quejarse del equipo que tiene, plagado de extranjeros e internacionales, pero para competir con los bloques más potentes del continente hace falta algo más, y eso solo se compra con dinero.
El vallisoletano admitió que hubo intereses de otros equipos por hacerse con sus servicios, pero dio tres razones de peso por las que decidió seguir en Szeged. «Primero está la faceta deportiva, luego el hecho de que el club me quiere, quiere que yo dirija este proyecto, y finalmente lo bien que me encuentro aquí. Aunque esté lejos de mi familia, cada vez que vienen están muy a gusto». Había reído y llorado durante 18 años en el banquillo del Valladolid y ahora quiere cumplir un ciclo de seis en el Pick, que le ha encomendado la misión de evolucionar al equipo y elevar su nivel competitivo. «Más allá de contratos, tenía un compromiso con ellos. Si quieren seguir mejorando año a año, yo me sentía obligado a continuar», condensó en una frase la esencia de su renovación. Ya no hay vuelta atrás y sabe que una vez aceptado el reto de crecer se le exigirán títulos, victorias y un balonmano cada vez más atractivo.
Trabajando el futuro
Como el que desplegó la pasada temporada para conquistar la Copa EHF. Después de eliminar en las semifinales al Füchse alemán, último equipo de Iker Romero, el Pick Szeged completó la hazaña con una ajustada victoria sobre el Montpellier francés (29-28) y se hizo con su primer título europeo. Pues bien, es el camino por el que quiere seguir el club magiar y hacerse con un hueco entre los grandes del continente. Pastor cuenta ahora con cuatro jugadores españoles en sus filas -José Manuel Sierra, Roberto García Parrondo, Antonio García y Niko Mindegia- y otros tantos con pasado en la ASOBAL -Kallman, Curuvija, Petrus y Prodanovic-, pero sabe que necesita caviar puro si aspira a codearse con la élite.
No será algo que suceda de hoy para mañana, ni siquiera el año que viene, pero el proyecto contempla un crecimiento deportivo exponencial y requerirá de grandes dosis de precisión en la captación de jugadores con mayúsculas. Pero antes de empezar habrá que ver cómo resuelve el club la marcha de su central Dean Bombac, el hombre que desarrolla el balonmano del Pick Szeged y que podría recalar en el Kielce la próxima temporada. Pastor ni se inmuta ante la futura baja del esloveno y pide calma, cabeza fría, y actuar con firmeza. «No me gusta hablar de nadie en particular. Tenemos una idea global del equipo. Sabemos qué necesitamos en cada posición y estamos trabajando en ello. Hay que estar siempre atentos al mercado». El vallisoletanto ya está esculpiendo a su nuevo Pick, lo tiene en la cabeza.
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