España explora nuevos caminos para brillar aún más en Tokio

«Ahora toca descansar, pero con el objetivo de coger ya fuerzas para lo que viene. Empezar bien el nuevo ciclo es fundamental. En Londres se consiguieron tres medallas en mi deporte, y dos en Río y con pocos recursos. Si se aumentaran , imaginen qué podríamos conseguir», señala a este diario Jesús Tortosa, el taekwondista de 18 años que rozó el bronce en Brasil. Se refiere a modernizar infraestructuras, como los petos que no pudieron probar con tanta antelación como otros países, y a un apoyo económico para competir: «En taekwondo el sistema de clasificación es por puntos y es imprescindible ir a campeonatos para poder subir en el ranking. Hay que intentar llegar a todos, pero a veces no se puede asumir».

Dinero de amigos y familia

Los Juegos de Río han sido los más «familiares» de la historia, como reconocía Alejandro Blanco. El presidente del Comité Olímpico Español asumía que los recortes habían obligado a muchos deportistas a autofinanciarse para estar en Río. Una preparación que, en muchos casos, había estado apoyada por «amigos y familiares». Micromecenazgos que en el pasado ciclo olímpico fueron habituales y que deberían desterrarse en los próximos cuatro años. Por eso, el CSD anunció el lunes la revisión del plan ADO, instaurado en 1988 con vistas a Barcelona 92 y que tres décadas después se ha quedado obsoleto. «Creemos que hay que pensar en una revisión del plan, continuar con el apoyo al deporte femenino y profundizar en la alianza con el fútbol profesional para que llegue dinero a los deportes minoritarios», asume Miguel Cardenal. «Este sistema nos obliga a estar todos los años al máximo nivel. Aunque seas campeón del mundo de nada te sirve si al año siguiente no puedes hacer nada, aunque sea por una lesión. La beca desaparece. Un deportista necesita también algún tiempo de recuperación para volver a subir», aporta Tortosa.

En los últimos cuatro años han surgido iniciativas como las «Becas Pódium» de Telefónica destinadas a deportistas jóvenes o el programa «Universo Mujer» apoyado por Iberdrola. Iniciativas que buscan ayudar a los que todavía no acceden al plan ADO.

Sara Ouzande es una de esas jóvenes deportistas que sueñan con Tokio 2020. Hace años que se mira en Teresa Portela o Saúl Craviotto, sus ídolos, cuya actuación en Río no ha hecho más que aumentar sus ganas de llegar a los siguientes Juegos. «Ver lo que ha hecho el piragüismo español en Río es una motivación muy fuerte para intentar estar en Tokio 2020», afirma. Concentrada en Sevilla durante gran parte del año, Ouzande cree que las becas están bien, pero que se debe poner más énfasis en ciertos aspectos. «Creo que a los sub 23 y a las mujeres no nos cuidan todo lo bien que merecemos y en ese sentido se podría hacer algo más», asume.

Centros de alto rendimiento

La piragüista se prepara en el Centro de Tecnificación de Sevilla, uno de los pilares del alto rendimiento en España. Estas escuelas abarcan todas las modalidades deportivas, no solo las olímpicas, por lo que el entramado, por número, resulta suficiente. Eso sí, para Tokio quieren dar un salto de calidad porque también lo dan los deportistas. «No necesitamos tener más centros sino dotar los que existen de mayor calidad: adecuarnos a las exigencias que vienen de cada deporte, medios adecuados, con entrenadores de alto nivel, y una coordinación entre los programas de todos los deportes que se realice a través de federaciones y Comunidades Autónomas. En esto llevamos trabajando desde hace cuatro años y vemos los resultados. Es la base de la élite», explica Jesús Mardaras, responsable de Promoción e Innovación Deportiva del CSD.

Cuenta que ya planifican los equipos que deberán acompañar a los que ya están en la élite para asegurar un buen relevo, sin descuidar la base para encontrar nuevos talentos. También se piensa ya en cómo encauzar la llegada de los nuevos deportes admitidos para Tokio. «El kárate ya está integrado en los centros, tenemos que ver ahora los programas que hemos de desarrollar para la escalada o el béisbol. Mirar qué resultados posibles tenemos y valorar si se prioriza». Por eso, admite que también es tiempo para repensar las Becas ADO: «Es un buen momento para retomarlo, darle una vuelta, sobre todo por la salida de TVE, pues es una pieza importante, pero no tiene los derechos de retransmisión de los próximos Juegos».

Una vuelta a la ruta marcada desde 1992, pero sin poner el contador a cero. Un punto y seguido que se sustente sobre esas bases que han llevado a España desde las cuatro medallas de Seúl 88 hasta el éxito de las últimas ediciones. Nuevos caminos por los que llegar a Tokio con los bríos renovados, igualando el papel de la mujer, cuyo rol ya es principal dentro del deporte nacional.