La última jornada en el estadio olímpico se ha convertido en inolvidable para el atletismo español. Y todo gracias a la mejor atleta española de la historia. Tenía que ser ella quien lograra el primer oro olímpico de nuestro atletismo. Era de justicia que Ruth ... Beitia lo consiguiera. Ahora ya tiene medallas y títulos de todos los tipos y colores. Triple campeona de Europa, campeona del mundo bajo techo y desde anoche, campeona olímpica. A los 37 años, siendo la competidora más veterana de las 17 finalistas. Pero como ella ha recordado, «seguimos haciendo historia y cosas extrañas como esta».
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Ha sido una final tan fantástica como agónica en su ronda de saltos decisivos. Pero el atletismo que le dio la espalda hace cuatro años en los Juegos de Londres, ha sido generoso y esta vez ha querido coronar a quien más se lo merecía. A la atleta que desde que empezó a entrenar en Santander hace 26 años siempre se ha mantenido fiel a su técnico. Ramón Torralbo y ella forman un dúo indestructible, que ha ido aprendiendo el uno del otro con el paso de los años hasta llegar a lo más alto. Ellos son dos piezas, como suele recordar la cántabra, de un grupo multidisciplinar donde se incluyen su psicóloga, su fisio... Todos tienen su misión para que Ruth Beitia salga a competir en perfecto estado y a sus 37 años se haya convertido en una rival temible, que no perdona en las alturas intermedias y que con ello consigue llegar con ventaja al momento en el que se juegan las medallas.
Parece que el camino hacia el éxito ha sido sencillo, pero Ruth Beitia ha pasado momentos complicados, en especial hace cuatro años, cuando creyó que era la hora de decir adios al atletismo. Por fortuna, volvió a los tres meses, pero además lo hizo con un cambio de actitud que solo le ha generado beneficios. Más relajada, transformó la ansiedad y la presión en armas para afrontar las competiciones. Y ha sido un ciclo de cuatro años de grandes éxitos. Dejó de lado las dobles sesiones de entrenamientos y aprendió a escuchar a su cuerpo. Y lo más importante, ha sabido adaptarse y evolucionar, como cuando el pasado año se atascó en la pista cubierta con su carrera y decidió salir de parado, lo cual la ha vuelto a colocar en primera plana.
Creo que nadie se merecía más que ella que conseguir por fin una medalla olímpica. Era el sueño de su vida, el sueño de dos personas, porque si se habla de Ruth Beitia hay que hablar de Ramón Torralbo. Desde esta madrugada, el atletismo español por fin tiene una campeona en unos Juegos. Hasta ahora, sólo la marchadora María Vasco había alcanzado una medalla en Sidney para el atletismo español. Ahora ya tiene a su reina. La gran Ruth Beitia. Se lo merece. Por tantos y tantos años de trabajo y dedicación en pos de un sueño. El oro olímpico ya es suyo.
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