El Atlético asciende al segundo puesto

Presión altísima de los colchoneros, que esta vez actuaron con un 4-3-3 al situarse Koke como centrocampista puro. Ahí es donde más le gusta jugar al internacional español, no escorado a la izquierda. Así le robaron la cartera a Xavi Torres en la jugada del gol. Recibió de espaldas el mediocentro, le acosó una manada de lobos y la perdió. Adán bastante hizo con desviar el disparo del 'Niño' Torres, a quien se le resiste su gol 100, y Koke remachó a placer.

Dueño y señor del centro del campo, rápido, profundo y con Filipe Luís y Carrasco muy libres por la banda en la que Joaquín se olvida de defender, el Atlético debió sentenciar el duelo antes del descanso. Pero Griezmann y el propio extremo belga, un jugador interesantísimo por su velocidad, desborde y llegada, erraron dos grandes ocasiones. Oblak era un mero espectador frente a un rival que sólo vio alguna opción remota de poder empatar en acciones de estrategia. La mejor noticia para los andaluces fue que llegaban aún vivos al descanso.

Movió ficha Pepe Mel. Retiró a Xavi Torres, abucheado desde su error en el gol, e introdujo a Dani Ceballos, con más clase pero menos músculo. Fueron más intensos los verdiblancos pero este Atlético no te da tregua. Hasta Torres, venido a menos en los últimos años, fue una pesadilla. Pero no cerraban el partido los madrileños y en cualquier acción aislada podrían pagarlo muy caro, como en Riazor. En la jugada más trenzada del Betis, Cejudo lanzó un disparo enorme al que respondió Oblak con una estirada magnífica. Antes, Adán y Godín se quedaron doloridos tras un choque que hizo pupa sólo de verlo.

Minutos después, tuvo que pedir el cambio el guardameta. Le molestaba la boca pero la lesión fue en un pie. Dani Giménez debutaba en Primera. El Betis crecía y el Atlético seguía sin definir. Griezmann falló una ocasión pintiparada antes de ser objeto de un posible penalti. Máxima emoción en el último cuarto de hora, ya con Vietto, Óliver y Jorge Molina en el campo. Acabaron los locales en inferioridad por la lesión de Digard pero sin rendirse hasta el final.