Griezmann, principio y final

Las inclusiones del montenegrino Savic, Siqueira, Saúl, Óliver, Ferreira Carrasco y Fernando Torres demuestran que este Atlético goza de un fondo de armario enorme, que el Cholo confía en casi toda su plantilla y que el Getafe no es un rival de los temibles. De hecho, con el Cholo los colchoneros no conocen la derrota ante los azulones, que además tampoco les han marcado un gol en ocho partidos.

Sin un juego brillante pero sí con gran intensidad, los locales salieron dispuestos a cenarse a un adversario tácticamente muy bien ordenado pero timorato y blandito. Fran Escribá, técnico muy querido en el Calderón por su gran trabajo como segundo de Quique Flores, había insistido mucho en la previa de las acciones a balón parado del rival, pero sus jugadores le desatendieron. A los cuatro minutos, Carrasco lanzó un saque de esquina, Guaita despejó en largo, Gabi probó fortuna de lejos y, como la defensa salió una eternidad en salir, Griezmann tuvo tiempo para controlar, girarse y marcar a la media vuelta.

Apenas se veían ocasiones pero la sensación de dominio local fue nítida hasta los últimos minutos del primer tiempo, cuando se produjo un punto de inflexión.. Tras una falta lejana y después de un error grave de Óliver en la salida, el serbio Scepovic dispuso de dos buenas opciones para empatar. Pero en la primera tuvo que rematar muy escorado y en la segunda Oblak se estiró con rapidez y acierto. A pie de banquillo, Simeone alabó el ritmo de su equipo pero seguro que se indignó por dos motivos: esa pérdida de Óliver por pasar hacia el medio en una zona de riesgo y el excesivo ímpetu de Siqueira, quien se llevó una amarilla por una falta tan alevosa como evitable y rozó la roja por otra entrada posterior. Una cosa es querer ganarse el puesto y otra extralimitarse.

Jackson, asistente

Como en Eibar, Simeone cambió en el descanso, aunque no por partida doble. Esta vez, introdujo a Correa -jugador de grandes detalles pero inconstante- en lugar de Carrasco, activo pero con poco protagonismo. El susto lo dio Vigaray, central del Getafe, al recibir un golpe involuntario en el rostro de Griezmann. Ya se quedó 'groggy' en el primer acto tras un encontronazo con Torres. En un encuentro de guante blanco, el chaval se las llevó todas. Decrecía el ritmo rojiblanco y entró enseguida Jackson por Torres, que frunció el ceño. El Geta, que mejoró a medida que se soltó Medrán, gran valor de la cantera madridista, desperdició una ocasión única. Pedro León se plantó delante de Oblak, pero no definió bien. Se asustó Simeone, que agotó los cambios al buscar el equilibrio y la jerarquía de Tiago en lugar de la magia de Óliver. Ciertamente, el 'Geta' no volvió a inquietar aunque el público silbó, nervioso, hasta que Griezmann sentenció.