El Atlético resuelve en diez minutos

Como ocurrió en Córdoba, el pasado fin de semana, al Atlético le bastó una puesta en escena impetuosa para resolver la cita y luego tumbarse a la bartola para pensar en próximos cometidos. Asegurados los tres puntos valiosos en su lucha con Valencia y Sevilla por la tercera plaza, los rojiblancos se dedicaron a imaginarse no ya en el próximo compromiso en La Rosaleda sino el gran duelo de cuartos de final de la Champions que se avecina frente al Real Madrid. La propia hinchada local aprobó esta fórmula del esfuerzo mínimo, ya que un porcentaje muy alto de sus cánticos tuvieron relación con ese derbi madrileño a la europea, no con la cita en cuestión.

Apenas se había cumplido el primer minuto de juego cuando Arda Turan estrelló su volea en el poste derecho de Rulli. La jugada procedía de un saque de esquina ejecutado por Koke y cabeceado antes por Tiago. En el siguiente córner, sólo un minuto después, fue Mikel González el que cabeceó en propia meta. Se notaba desde el primer momento que a los donostiarras les faltaban sus centrales titulares. Sin hacer precisamente un juego de tiralíneas, el campeón selló su victoria a los diez minutos. Lanzó Koke desde lejos, falló el notable portero argentino al no atajar el balón, y Griezmann, muy atento, no perdonó a sus ex. Por delicadeza con antiguos amigos, el francés no lo celebró.

Entró a partir de ahí el duelo en un tedioso quiero y no puedo de la Real y una indolencia impropia de un equipo del Cholo Simeone, que por lesiones (Mandzukic y Godín), sanción (Juanfran) y decisión técnica (Gabi), modificó todas las líneas del equipo. Hasta cinco saques de esquina lanzaron los donostiarras en apenas 23 minutos. Pero si el Atlético te mata a balón parado, el equipo de David Moyes apenas inquietó a un Oblak que ha ganado en seguridad, autoestima y confianza desde que se convirtió en el héroe de los penaltis ante el Bayer Leverkusen.

Frivolidades de Moyes

El técnico escocés lleva ya casi una vuelta en el fútbol español pero sigue sin saber muy bien lo que tiene entre manos. Aterrizó precisamente tras el triunfo por 2-1 ante los colchoneros de una Real dirigida por Asier Santana, sustituto interino de Jaboba Arrasate, y alterna cal y arena. Lejos de Anoeta, conduce a un equipo sin alma, aunque viene de empatar en Málaga. La concentración en Marbella no ha dado los frutos deseados. Moyes dibujó un once extraño, sin un ariete clásico, ya que dejó a Agirretxe y Finnbogason en el banquillo, y por detrás del Chory sorprendió al tirar a Zurutuza hacia la banda derecha y a Xabi Prieto a la izquierda, con Canales de enganche.

Sin noticias, más allá de un centro-chut de Koke que acabó en el larguero, se llegó al descanso. Luego, se comprobó que a Fernando Torres ya es hora de exigirle mucho más de lo que ofrece. «Necesitamos más de él», advirtió incluso Simeone en una comparecencia reciente. No es casualidad que le quitase a falta de media hora. Oportunidad fallida para el mexicano Raúl Jiménez. Sólo a un cuarto de hora del final, con el duelo visto para sentencia, Moyes apostó por sus dos puntas. La afición sólo despertó para abuchear a Granero y reprochar al exmadridista unas declaraciones en las que, en referencia al traspaso de Griezmann, dijo que cambiar la Real por el Atlético no supone dar un salto de calidad. El centrocampista ejecutó con maestría un golpe franco que encontró la enorme respuesta de Oblak. Lo mejor del partido.