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Lunes, 23 de marzo 2015, 09:14
La derrota del Real Madrid frente al Barcelona (2-1), que deja a los blancos a cuatro puntos de los azulgrana en la Liga, tiene ya sus primeras y lamentables consecuencias. Algunos seguidores radicales se acercaron a las instalaciones de Valdebebas para insultar ... e increpar a los jugadores, que acudieron de madrugada a la Ciudad Deportiva para recoger sus coches tras el encuentro. Se vivieron momentos de gran tensión.
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Gareth Bale y Jesé fueron los que se llevaron la peor parte. Uno de los individuos la tomó con ellos y llegó incluso a golpear sus vehículos. El galés, al que tildaron de "sinvergüenza, canalla e hijo de...", aceleró para evitar males mayores. Mismos improperios recibió el canario, al que le exigieron "correr un poco" más y salir menos por la noche. Jesé, que llegó a bajar la ventanilla de su deportivo para responder a los aficionados, desistió poco después del intento y tomó el mismo camino de su compañero.
Tras ellos apareció Sergio Ramos, que se detuvo ante los alterados hinchas para recriminarles su actitud y pedirles explicaciones. El defensa blanco y uno de los capitanes del equipo, ante el que se disculparon, señaló que "el equipo había dado la cara", a lo que los seguidores replicaron que "ese tío -por Jesé- y Bale no". "Me dejo una puta pasta", argumentó uno de ellos. "Cuando perdemos, perdemos todos", concluyó Ramos.
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