Á. fernández
Jueves, 23 de marzo 2017, 01:37
«Nos atacaron treinta personas. Vivimos un infierno». Un escrito enviado por el Andratx mallorquín al Comité de Árbitros denunciaba los hechos ocurridos hace tres semanas en el campo del Alaró, el mismo en el que el domingo padres del equipo local y el Collerense ... protagonizaron una batalla campal que ha causado vergüenza y estupor en el mundo del deporte.
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Según recogía ayer el Diario de Mallorca, el Andratx explica en dos folios «el infierno» que vivieron sus jugadores, técnicos y padres: «Treinta personas nos atacaron». La comunicación de denuncia recoge que progenitores y futbolistas del equipo juvenil recibieron «golpes» del público y adversarios del Alaró el pasado 1 de marzo, que obligó a intervenir a las fuerzas de seguridad.
«Durante el encuentro, hubo una serie de aficionados que se dedicaron a insultar a los jugadores de nuestro club, y que continuaban allí finalizado el partido. Cuando salieron los dos primeros jugadores del Andratx del vestuario, comenzaron a increparles y a insultarles (...)»
«Estos dos jugadores continuaban hacia la zona donde se situaban sus padres, y cuando se dieron cuenta tenían a cinco personas que iban hacia ellos con la intención clara de golpear, cosa que fue así (...). Del vestuario local salieron varios jugadores que empezaron a atacar también a los padres y aficionados andritxoles (que no eran más de ocho), llegando a acumular casi 30 personas».
Estos hechos se han conocido tres días después de la salvaje pelea entre padres del Alaró y el Collerense, que ha provocado la intervención de la Fiscalía. El Juzgado de Instrucción de Inca ha abierto una investigación, mientras la Guardia Civil, que ayer concluyó la identificación de los agresores, ya ha comenzado a tomar declaración a denunciados y testigos.
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Mientras tanto, la delegada del Gobierno en Baleares, María Salom, recibió ayer, de manos del presidente de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares (FFIB), Miquel Bestard, el acta del árbitro y el vídeo del partido de infantiles entre el Alaró y el Collerense. «Estos hechos podrían ser constitutivos de una acción administrativa disciplinaria», señala el informe elaborado por la Comisión Antiviolencia, que no posee «al día de hoy potestad sancionadora por conductas realizadas por personas no federadas».
Añade que es «evidente» que debe existir una «incompatibilidad entre el deporte y la violencia, especialmente la relacionada con motivaciones racistas o xenófobas, así como contra comportamientos y actitudes racistas, xenófobas e intolerantes en acontecimientos deportivos».
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La Comisión Antiviolencia, cuya misión es «promover la lucha contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, califica de «espectáculo lamentable» la batalla campal entre progenitores «en presencia de futbolistas menores de edad», precisa, «con el agravante de que algunos de ellos eran familiares o padres de los federados». Este organismo denunciará los hechos ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Baleares.
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