«Guardiola tiene un defecto, le falta el aspecto humano»

Desde esa confortable perspectiva, ¿cómo ve un extesorero el fútbol de hoy?

Es un negocio. El ejemplo de lo que está pasando lo vemos en Estados Unidos. Un partido de UEFA es un espectáculo mundial.

¿Cómo empezó a relacionarse con en el Bayern?

Disputando partidos con veteranos del club en los sesenta. Willy Hoffmann (sería presidente del Bayern más adelante, entre 1979 y 1984) me preguntó si quería colaborar. Allí empezó un largo camino. En 1978 me ofrecieron ser el secretario. Sólo hay que venir a las reuniones, me dijeron. A los seis años fui el tesorero. Estuve un cuarto de siglo en el consejo.

¿Qué separa a aquel Bayern del actual?

No teníamos dinero. Un día confesé que no podíamos seguir porque sólo generábamos pérdidas. No es posible, me replicaron. Yo insistía: Sí, sí. Poco a poco fueron cambiando cosas. No quiero hablar de cuestiones internas, pero el Bayern tenía deudas y a los diez años era millonario. Pagamos los impuestos y a los jugadores, dejamos millones en caja...

Usted tuvo discusiones con Franz Beckenbauer, que presidió el Bayern entre 1994 y 2009.

Él quería fichar a tal figura y yo decía: Bien, ¿cuánto vale?. Tanto. ¿Eso por un jugador? Tú pagarás, yo no, ni hablar.

El actual presidente, Uli Hoeness, se quejó de que el Madrid y el Barça, tiraban el dinero en fichajes y hacían una competencia desleal frente a equipos como el Bayern, que tenían que cuadrar las cuentas.

Hoeness dice muchas cosas. En el fondo, las relaciones con el Real Madrid han sido buenas. Lo cierto es que estamos orgullosos de nuestra situación. Somos el equipo más rico. Aunque es cierto que el éxito depende de muchas cosas, la suerte, el árbitro...

Pero el dinero es la base de todo.

Es una realidad, aunque no me gusta. Los presidentes salen a comprar como locos. Es la historia del corto plazo. La culpa es de los directivos españoles, que pusieron un nivel tan alto... La Liga es la primera del mundo, pero cuidado con la Premier. Las inversiones son tan altas como las españolas.

Solvencia muniquesa

¿Y qué pasa en la Bundesliga?

En Alemania somos tontos, les seguimos y cada vez saltamos un poco más arriba. Aunque en el Bayern todavía no tenemos muchos problemas. En el Arena caben 72.000 espectadores y contamos con Audi, Allianz y Adidas. Ellos pagarán lo suficiente para mantenernos.

El Bayern no gana la Champions, pero es un edificio a prueba de burbujas económicas. El fútbol conoce unas cuantas, y las que vendrán.

El club tiene un capital social de 320 millones de euros. El 75% es del club y el 25% de las tres empresas. El plan de financiación del estadio Arena contemplaba pagarlo en 2015 y se hizo en 2012.

El dinero da músculo a los clubes, pero ¿no ha acabado convirtiendo los futbolistas en vedettes?

Me pregunto qué relación se puede tener con un chico de 18 años que cobra ocho millones de euros, pongamos por caso. A mediados de los ochenta en el Bayern pusimos en marcha un proyecto para formar a jóvenes jugadores. Fue una idea mía. Si querían permanecer en el club debían hacer una formación profesional. En eso fuimos de los primeros. Los llevábamos a trabajar a bancos y otras empresas. Su futuro era el fútbol y una profesión.

El futuro de Pep Guardiola era triunfar en el Bayern. ¿Por qué no lo consiguió?

Trajo ideas nuevas sobre la forma de jugar, pero tuvo mala suerte.

¿Usted lo trató?

Mis relaciones con él fueron correctas, pero no era amigo mío. Creo que tiene un defecto; le falta el aspecto humano. Si te pregunta ¿Cómo estás?, no lo hace con este gesto (Hegerich tiende la mano al periodista con franqueza, inclinando el cuerpo hacia adelante y mirando a los ojos). Guardiola hace más bien así (ahora el empresario se echa hacia atrás con un gesto distante).

¿Quiere decir que Guardiola es en exceso frío?

Lo considero un defecto si diriges a personas. Pero con él dominamos la Bundesliga. Aunque, vaya, todo esto son opiniones. Un entrenador puede triunfar con la psicología, otro en el aspecto técnico; hay quien es listo. Para mí, el mejor entrenador fue Jupp Heynckes.

En el Athletic estuvo en dos etapas. Un técnico recto y serio.

Es amigo mío. Jugábamos a cartas en mi casa antes de Navidad. Al principio era muy sensible y tenía problemas con la prensa.

Heynckes trabajó con la filosofía del Athletic. ¿Qué le parece jugar con canteranos y jugadores nacidos en Euskadi o de origen vasco?

No lo conozco lo suficiente. La cuestión reside en cuántos talentos tienes. En los ochenta y noventa, de veinte jugadores que podía haber en el Bayern, quince o dieciséis eran la mayoría de Baviera y algunos de Alemania. Jugar sólo con gente de una zona plantea la cuestión de si es una política permanente. Un directivo debe preguntarse: ¿queremos estar arriba? También puedes pensar en ganar algo, pero no tanto. Antes surgían unos cuantos talentos. Uno, dos o tres tal vez. Pero hoy necesitas diez.

¿Qué le parece Javi Martínez, otro ex del Athletic?

Tengo más relación con Xabi Alonso. Javi es un buen chico. Estuve hablando con él y está satisfecho e integrado en el Bayern. Su curva va hacia arriba. Tuvo lesiones, pero ahora es uno d los mejores. Contra el Arsenal (en Champions), Thiago y él fueron los más destacados.

¿Conoce San Mamés?

No he podido verlo. ¿Cuántos espectadores tiene?

Unos 55.000.

Ah, bien. Ese aforo es el básico. Un club que vaya a Primera con un estadio de 25.000 plazas no tiene futuro.