Un amistoso poco amigable

El partido disputado el pasado sábado en el campo de fútbol Stade Didier Deschamps de Baiona, no comenzó con los mejores augurios toda vez que El contrario salió con muchas ganas y «el partido se trataba de otra cosa» relata el presidente del Leioa, Javier Landeta. Este exceso de motivación quedó patente en el minuto dos cuando «tanto Pazó como Córdoba, recibieron sendos codazos en la misma jugada». El peor parado resultó Córdoba «con los dientes metidos para dentro» que obligó a retirarle del terreno de juego «al principio nos asustamos mucho si bien el jugador ya se encuentra bien, pero no puede entrenar por precaución» explica Landeta.

El encuentro continuó por los mismos derroteros con «entradas bastante fuera de lugar para un amistoso» por parte de los locales, que encendieron los ánimos de los vizcaínos, si bien no entraron en el fragor de la batalla, todo ello ante la impotencia del trío arbitral francés «eran muy jóvenes y no supieron atajar a tiempo el tema. Se les fue el partido de las manos» sentencia el presidente del Leioa.

La gota que rebosó la paciencia de la expedición azulgrana llegó en el minuto 43 cuando el medio centro riojano Fran Sota robó el esférico y un defensa le hizo «una entrada brutal por detrás al tobillo dejándole los tacos marcados» si bien ha podido integrarse con normalidad al trabajo de pretemporada.

En ese momento y de común acuerdo el presidente como el técnico del Leioa, Igor Gordobil, optaron por suspender el partido con empate a cero bajo la premisa que «hasta aquí hemos llegado, nosotros íbamos a jugar un partido amistoso y no otra cosa». Finalmente la sangre no llegó al río y el choque concluyó con todos los jugadores dándose la mano dejando atrás cualquier rencilla acontecida sobre el césped.