Daniel Cabornero
Jueves, 28 de enero 2016, 20:56
La eliminación en cuartos de final de la Copa del Rey, a manos del Celta, ha sido el primer batacazo del Atlético en la presente temporada, y cuya ruta se ciñe ahora al pulso liguero con el FC Barcelona y el Real Madrid, amén de ... jugar en febrero los octavos de la Champions League ante el PSV Eindhoven.El entrenador rojiblanco, Diego Pablo Simeone, nunca mira más allá de su siguiente compromiso, con la filosofía del 'partido a partido' por bandera y sin permitir que un traspié de esta clase afecte a sus pupilos.
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Pero sí es cierto que al 'Cholo' no le sientan igual los contratiempos coperos, pues se trata de un torneo del que ya había salido amargado en ediciones pasadas, y donde además este curso no ha visto reivindicación en los futbolistas menos habituales de su once titular. "Creía que el partido estaba bien llevado y no que pidiera un delantero de área; por eso dejé a los que estaban en el campo, para jugar por abajo", así explicaba el argentino, en rueda de prensa, su decisión de no recurrir al colombiano Jackson Martínez para voltear el marcador ante el Celta, que en el minuto 63 vencía 1-3 y que certificó su pase a semifinales con la victoria en el Vicente Calderón (2-3).
Sin Fernando Torres en la convocatoria por una lesión, con Antoine Griezmann como único faro goleador, con Luciano Vietto perdido en el lado zurdo del ataque y con Ángel Correa estrellando un fuerte tiro en el travesaño, hay cierto toque de atención cuando el técnico argentino hace calentar a Jackson para luego no meterlo en el campo, donde el Atlético se desangraba en busca de tres goles que remontasen la eliminatoria y los ánimos de su afición.
Simeone ni siquiera agotó el tercer cambio frente al conjunto vigués, que fue capaz de anotarle tres tantos al 'Atleti'. Eso no sucedía desde hace justo un año, cuando el Barça eliminó a los colchoneros también en cuartos de Copa. Aquel 28 de enero de 2015, el equipo colchonero se despidió del torneo del 'k.o.' en la misma ronda y por el mismo resultado, un 2-3 que se registró después de un duelo en el que Neymar desquició a un rival con Torres de hijo pródigo recién retornado... y goleador.
En pleno enfado local tras el tercer gol del Barça al borde del descanso, el 'Cholo' se acercó al árbitro Gil Manzano de camino a los vestuarios y para protestar un posible penalti de Jordi Alba por mano. Ante la negativa del colegiado extremeño a atender cualquier queja de Simeone, éste le dedicó un feo gesto cuando no se le veía y que algunos medios interpretaron como un sutil corte de mangas. Salió a relucir el lado oscuro de un entrenador siempre vigilado, que ahora encima tiene en su propia afición al duro juez de su imagen y de sus planes. Porque el 'Niño' Torres, con quien Simeone tiene un tira y afloja, fue el imprevisto protagonista del Atlético-Celta. Durante el partido, las gradas del Calderón entonaron varios cánticos de apoyo al delantero fuenlabreño, cuya continuidad en el Atleti es más que improbable por los múltiples requisitos a cumplirse y aparte de que el 'Cholo' no desea ficharlo en el mercado de invierno que se cierra este 1 de febrero.
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El futuro del ídolo
Los cánticos a favor de Torres, breves aunque coreados por casi todo el estadio, se produjeron en el minuto 9 del encuentro copero y después de una iniciativa promovida a través de las redes sociales por diversas peñas de aficionados y simpatizantes colchoneros. Así, se quiso hacer un improvisado homenaje al delantero. Y es que, en calidad de cedido por parte del Milan, el préstamo del 'Niño' expira el próximo 30 junio y su rendimiento deportivo no está siendo el esperado, ni por él ni por una afición que en parte aún lo idolatra.
Contratarlo al 100% ahora mismo es una posibilidad bastante remota. Y, de hecho, Simeone ya había confirmado antes del compromiso en el Calderón ante el Celta las alejadas posturas de todas las partes. Lo hizo en referencia a la reunión del pasado lunes entre Torres, el propio Simeone y el consejero delegado atlético, Miguel Ángel Gil Marín. Ahí el 'Niño' supo de primera mano que ni la entidad rojiblanca ni el 'Cholo' le garantizan su continuidad; porque la estrategia dependerá en breve del Comité de Apelación de la FIFA, luego seguramente del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), y de que estos organismos concedan la suspensión cautelar al club respecto a la sanción que arrastra por fichajes de jugadores menores de edad.
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El panorama de condicionantes es por tanto muy difícil para Torres y su futuro en la ribera del Manzanares. Si decide no fichar por otro equipo, si recupera el olfato goleador y si finalmente al club le conceden tal medida cautelar, entonces su entrenador podría girar las tornas y seguir confiando en un delantero que él mismo pidió el pasado invierno. Lo hizo con la venia del presidente colchonero, un Enrique Cerezo que recientemente aseguraba que Torres "es una institución en el Atlético y con eso está dicho todo. Tenemos 50.000 frentes abiertos, uno el de la FIFA, que es importantísimo; y tenemos que hablar con Fernando Torres y, cuando toque hablar, ya hablaremos. Cuando Torres se marche, te diré si me duele o no. De momento, que yo sepa, no se va", añadía Cerezo antes de la inoportuna eliminación de Copa. Ese 2-3 contra el Celta, un equipo inferior en presupuesto y en actual posición liguera, enrareció un ambiente ya de por sí cargado debido al escaso rendimiento atacante cuando Griezmann no atina.
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