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Javier Ortiz de Lazcano
Martes, 12 de enero 2016, 01:12
Ibon Gutiérrez (Basurto, Bilbao, 31 años) es feliz en Cataluña, a donde llegó hace tres años para jugar en el Sant Andreu, y ahora lo hace en el Badalona, en Segunda B. En 2005 debutó con el Athletic. Causó impresión ante la Real Sociedad y parecía llamado a ser un mediocentro de porvenir, pero el cese de José Luis Mendilibar, la llegada de Javier Clemente, primero, y José Luis Sarriugarte, después, cortaron su carrera en el club rojiblanco.
Llega a Lezama en 1997 desde el Danok Bat.
Llegué con 12 años. Para un chavalín llegar a Lezama es lo más bonito que te puede pasar. Luego estoy diez años allí y llegué a debutar por medio de la Copa Intertoto en 2005.
Me habla de Cluj, Rumanía, con Mendilibar como entrenador.
Sí. Allí debutamos unos cuantos (Amorebieta, Ormaetxea, Eder Martínez, David de Paula, Paredes y Lizoain) del Bilbao Athletic porque el primer equipo acababa de terminar la Liga, había entrenador nuevo y decidió llevar a bastantes del Bilbao Athletic. Acabamos eliminados. Allí hicimos un buen partido, pero perdimos 1-0. En la vuelta ganamos 1-0 con gol de Javi González, pero caímos en la tanda de penaltis.
Gusta a Mendilibar, que le coloca de titular ante la Real Sociedad en el primer partido de Liga, un 3-0 a la Real Sociedad en el que se lleva multitud de elogios. ¿Cómo lo recuerda?
Imagínate. Fiestas de Bilbao, derbi, San Mamés, lleno, debutar, 3-0... Más no se podía pedir. Fue todo muy rápido. En un verano subí del Bilbao Athletic y debuté tras hacer muy buenos partidos en la Intertoto.
Mendilibar apostó con firmeza por usted.
Me dio los primeros partidos como titular (los cuatro primeros de los seis de Liga que jugó). Cuando echaron a Mendi viene Javier Clemente. Arrastraba problemas de pubis y al ver que no contaba conmigo, decidí operarme y tras la intervención me fui.
¿Cómo le dice Clemente que no cuenta con usted?
Él directamente no me lo dijo. Fue por mediación del club. Conmigo no habló. Estaba Txema Noriega de director deportivo y fue él quien me lo comunicó.
¿Cómo se tomó pasar de titular a irse fuera?
Fue todo muy rápido y no me dio tiempo a saborearlo, a terminar de disfrutarlo. Ya cuando llegó Clemente la gente joven empezamos a no contar. En mi mismo caso estaba Endika Bordas. Hubo un partido de Copa ante el Hospitalet, de Segunda B, en el que puso dos medios centros y no jugamos ninguno de los dos, que nos quedamos en la grada. Ahí fue cuando me dije que debía salir.
Se decía que usted era demasiado taciturno, que se quedaba en una esquina del vestuario y que apenas se relacionaba con sus compañeros. ¿Fue así?
Siempre ha sido un chico muy introvertido. Supongo que por la juventud me costaba relacionarme. No dejaba de ser un chaval y nada más sentarme en el vestuario me ponen al lado a Urzaiz y al otro lado a Joseba Etxaberria, dos pesos pesados del vestuario. Al final, es normal estar cortado.
¿Le queda la sensación de que pagó aquel mal arranque en Liga?
No. Tampoco tengo esa sensación, la verdad. Creo que me afectó más el cambio de entrenador, de ideas y de futbolistas. Si el nuevo no cuenta contigo, lo mejor es buscar una salida.
¿Qué tal le fue por Soria? Apenas jugó diez partidos.
Llegaba tras la operación de pubis. Me operé un 14 de diciembre y en enero estaba allí jugando. Me costó meterme en la dinámica. Andoni Goikoetxea, el entrenador, siempre me dio confianza, pero me costó coger de nuevo el ritmo y volver a demostrar en otro equipo, en otro fútbol.
Acaba la campaña y se desvincula del Athletic.
Vuelvo a Lezama. Había subido Félix Sarriugarte al primer equipo. Le había tenido en juveniles. A la gente con la que no contaba la mandó a entrenar con el Bilbao Athletic. Me pasó a mi, Joseba Arriaga... Iba pasando el tiempo y se cerraba el mercado. Corría el riesgo de quedarme sin ficha, no jugar y truncar así mi progresión. Aparece una oferta del Castellón y decido probar.
Un equipo de Segunda A. El primer año juega mucho, pero poco el segundo.
Fue duro al principio. El entrenador era Pepe Moré y no me había pedido. Me había llevado Dani Barroso (director deportivo, nacido en Trapagarán, ahora en el Hércules). El míster no me conocía y me costó entrar, pero al final lo hice y acabé contento. El segundo año echaron a Pepe Moré a mitad de temporada, llegó Pepe Murcia y fue una segunda vuelta sin jugar. Algo parecido a lo que me pasó en el Athletic. Al año siguiente me fui al Albacete, en Segunda A. Me costó entrar porque veía de una lesión, pero al final lo hice y jugué en la segunda vuelta.
Coincidió allí con Diego Costa. ¿Cómo es?
En el campo y hasta en los entrenamientos era competitivo al máximo, pero le tenía al lado en el vestuario y era muy buen compañero, de los de buscar siempre las risas.
Acaba en Albacete y se ve en Segunda B, en el Alicante. ¿Fue duro ese descenso?
Después de hacer una buena segunda vuelta no encontrar una oferta de Segunda, me costó, pero salió el proyecto del Alicante. Era ilusionante, un equipo que había bajado, quería subir y jugaba en el Rico Pérez. Pero se truncó enseguida. A los dos o tres meses ya no pagaban. Se fue mucha gente, diez o doce jugadores. Decidí quedarme aunque era complicado jugar así.
2010. Por fin vuelva a casa, al Alavés en Segunda B.
Fue difícil explicar lo que sucedió allí. Era un año muy bonito, Tenía ganas de volver al País Vasco, pero me tocó un entrenador un poco peculiar, Miguel Ángel Álvarez Tomé. Me llevaba convocado en los partidos de casa, pero en los de fuera en ninguno. Fue un año raro. Me quedaba un partido para renovar por contrato y decidió que no jugara. No jugué ningún encuentro de play-off. No me dio ninguna explicación, ni a mí ni a los otros dos jugadores que estaban en la misma situación y a los que hizo lo mismo.
Y recala en el Sestao.
Estaba sin equipo y a última hora aparece el Sestao, en el que estaba Sarriugarte. De no contar conmigo en el Athletic a tenerlo de nuevo. Fue un año malo porque no tuve oportunidades. El segundo año fue mejor. Llegó José Luis Ribera, me dijo que contaba conmigo desde el inicio. Que un entrenador te dé confianza, ayuda.
¿Cómo llega a Cataluña, al Sant Andreu?
Después de esos dos años que no termine de cuajar, me salió esa oferta con Patxi Salinas de entrenador y no me lo pensé. Es de los años que más he disfrutado en el fútbol. Desde que he llegado a Cataluña hace tres años la confianza de tosdo el mundo ha sido máxima. El pasado año descendimos con el Sant Andreu y me salió la opción de Badalona, a donde he llegado este año. Me siento a gusto y distruto del fútbol.
¿Qué planes de futuro tiene?
Siempre tengo la espinita de que me gustaría ir al extranjero, a probar otra cultura, otro fútbol.
NOTA: Estos reportajes quieren contar las peripecias de vizcaínos o jugadores con fuerte vinculación con el fútbol de este territorio que están lejos de Euskadi como jugadores o técnicos de equipos. Si conoce a alguien susceptible de salir en esta sección pongase en contacto con jortizdelazcano@elcorreo.com
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