Jamie Vardy, ejemplo de superación

Ahora mismo, Vardy está en boca de todo el mundo del fútbol y se dice que hasta el Real Madrid se encuentra tras su pista. Incluso las puertas de la selección se le abrieron el pasado 7 de junio, cuando de la mano de Hodgson debutó con Inglaterra en un amistoso ante Irlanda. Desde entonces ha jugado tres partidos más con la selección (Lituania, Estonia y San Marino), aunque todavía no ha marcado, y ha sido llamado para el partido amistoso del viernes ante España.

Pero lo más sorprendente es que hace apenas cuatro años, estaba jugando en las categorías inferiores del fútbol inglés. Nacido en Sheffield hace 28 años, abandonó el Wednesday con 16 tras jugar en sus categorías inferiores y no ser ascendido. Vardy comenzó su carrera profesional con Stocksbridge Park Steels, irrumpiendo en el primer equipo en 2007, donde pasó tres temporadas antes de fichar por el Halifax Town de la Northern Premier League en 2010. Anotó 27 goles en su primer año, siendo nombrado el mejor jugador del equipo. Empezó la 2011-12 con Halifax, pero se trasladó a Fleetwood Town de la Conference Premier en agosto. Anotó 31 goles en la liga y en mayo de 2012, fichó por el Leicester City.

«Antes de firmar por el Fleetwood en 2012 trabajaba desde las siete de la mañana hasta las cuatro y media. Luego me metía en un coche con mis compañeros del Halifax y no regresaba hasta las once a casa», explicó Vardy al Mercury Leicester para recordar su trayectoria y lo que tuvo que sufrir antes de convertirse en la estrella de la Premier de hoy en día.

Dicen que cuenta con un carácter complicado y en su juventud se vio involucrado en problemas, lo que le llevó a vivir durante un tiempo bajo arresto domiciliario. En esa vigilancia entraba una llamada a las seis de la tarde a su casa. De ahí que Vardy no pudiese ir a jugar muchos partidos a domicilio con su equipo de entonces por temor a llegar a casa más tarde de la hora establecida por la policía.

Este verano, fue obligado a pedir disculpas públicas después de insultos racistas a un japonés en un casino de Leicester. Y su carácter le ha provocado algunos problemas con rivales e incluso en los entrenamientos, pero su entrega y su pasión es tal que se ha convertido en el ídolo de la afición del Leicester, que le considera un ejemplo de superación.