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Javier Ortiz de Lazcano
Miércoles, 28 de octubre 2015, 01:48
El éxito de Aris Marcos (Bilbao, 34 años) en Ciudad Rodrigo es incuestionable. Llegó a la ciudad salmantina en verano de 2014. Se hizo cargo del equipo, que acababa de ascender a Preferente, la máxima categoría regional en Castilla-León. A este joven de ... San Ignacio se le asignaron dos misiones: poner en marcha la Escuela de Fútbol y conseguir la permanencia. Por eso tiene dos cargos: director deportivo y entrenador del primer equipo.
Marcos no es alguien que se conforme con poco. Sin apenas medios económicos, fundó una escuela que hoy trabaja con 140 niños y ascendió al equipo a Tercera, categoría que la entidad del Campo Charro no pisaba desde hace 33 años. «Ningún jugador cobra ni sueldos ni primas. La directiva, que es muy trabajadora, solo les paga la gasolina. Somos modestos. No hay para más».
La austeridad marca hasta los entrenamientos. No hay preparador físico y solo se ejercitan tres días a la semana, uno de ellos en Salamanca, a 90 kilómetros. Uno de sus ayudantes, Álvaro Muñoz, es soldador. «Nos las ingeniamos y hacemos cosas artesanales. En lugar de comprar barreras para ensayar faltas las hace él con chapas de anunciantes antiguos que no pagan», explica Marcos.
La meta de esta campaña es de nuevo conseguir la permanencia. Pero por el momento, el rendimiento del equipo es espectacular. Va noveno en el Grupo 8, de altísima exigencia y en el que tres de los cuatro primeros son equipos de capitales de provincia, Gimnástica Segoviana, Zamora y Palencia, al que arrancó un empate en La Balastera hace dos jornadas. Además, se ha proclamado campeón de la Copa Federación en Castilla-León. Se impuso al Zamora y Villaralbo, se llevaron 3.000 euros de premio y ahora esperan rival en la fase nacional.
En su equipo hay relaciones vascas. Juegan allí Iñaki Eguileor y Eneko Briñas, un galdakaotarra que militó en el Santutxu. Su segundo es un hombre con pasado glorioso, Juan Sánchez, que jugó con Butragueño y Míchel en el Castilla. Y cita también entre los originarios de Euskadi a Gaizka Vidal, un santurtziarra que cuida las instalaciones.
Marcos es un técnico con más carrera en los banquillos que en el campo. La pasión por los banquillos le viene de su padre, Aris también, que entrenó a Elorrieta, San Ignacio, Otxarkoaga y Salesianos. El joven Marcos jugó en la Escuela de Elorrieta y luego ha estado en una larguísima lista de equipos como entrenador. A saber: selección de Bizkaia sub'18 como segundo de 'Mitxelo', Santutxu en División de Honor juvenil tres años, otro en División de Honor territorial, Ibarreko, Salesianos y Basausitar femenino. «Estoy feliz en Ciudad Rodrigo. El trabajo que realizamos tiene trascendencia en el pueblo. Hay entusiasmo. A cada partido acuden 900-1.000 personas al campo y en nuestra visita al Palencia nos acompañaron 300», se despide.
PD: Estos reportajes quieren contar las peripecias de vizcaínos que están lejos de Euskadi como jugadores o técnicos de equipos. Si conoce a alguien susceptible de salir en esta sección pongase en contacto con jortizdelazcano@elcorreo.com.
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