Rodrigo Errasti Mendiguren
Martes, 11 de agosto 2015, 00:49
Todo el mundo está de acuerdo desde hace años: Denis Suárez (Salceda de Caselas, Pontevedra, 1994) es un futbolista con ADN Barça y uno de los jugadores más prometedores del fútbol español. Quizá por ello dejó el Manchester City por 1,5 millones hace dos ... veranos, después de asombrar en el Mundial sub-20 de Turquía, para firmar por cuatro temporadas con los azulgrana. El gallego, al que sus amigos definen como tímido y con la cabeza muy bien armada desde hace años, tiene calidad con el balón en los pies, visión de juego y facilidad para dar el último pase, unido a un buen disparo con ambas piernas que le hacen encajar en la filosofía Barça. Por algo es internacional en todas las categorías inferiores de la selección y campeón de Europa sub-19. Tras un año en el filial, siete goles y once asistencias en 36 partidos en Segunda División, se marchó al Pizjuán cedido por dos campañas con la opción de recuperarlo al término de la primera, aunque el Sevilla tenía una opción de compra de seis millones que obligaría al Barça a pagar nueve para recuperarlo de forma definitiva. El centrocampista gallego cuajó una buena temporada, gozó de muchos partidos (46) y además ayudó con futbol, goles (seis) y asistencias (cinco) a la conquista de la Europa League, que supuso la ansiada clasificación para la Champions.
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Podría haber disputado esta Supercopa de Europa con la otra camiseta. Luis Enrique le quería, pero tanto Monchi como Emery no tenían intención de renunciar al gallego, al que le quedaba un año más de cesión. Después de que la FIFA negara al Barça la posibilidad de repescarlo como deseaba, ya que la sanción le impide recuperar incluso a los cedidos, finalmente seguirá en Nervión. Ahora sólo piensa en ser titular indiscutible. «Durante el verano estuve al margen. Estoy muy centrado en el Sevilla. Quiero ser importante esta temporada y qué mejor manera que empezar con un título. Estoy muy contento tanto en la ciudad como en el equipo. La afición es espectacular, están agotando los abonos y la gente nos transmite esa ilusión. Sevilla me gusta mucho. Es una ciudad en la que el clima acompaña, no como Mánchester», dice bromeando el mediapunta, deseando conocer el ambiente de derbi sevillano, y no oculta que estaría encantado de que el bombo de Nyon encuadre a su equipo con el Manchester City.
El domingo, al llegar a Tiflis, puso a prueba la agudeza visual de sus seguidores con una foto puzzle en Instagram en la que se veía a Javi Navarro levantando la Supercopa de Europa de 2006, ganada precisamente al Barcelona. «La final de 2006 la vi en Salceda, pero no tengo un recuerdo muy nítido, la verdad. Era muy joven (risas)», explica bromeando desde Georgia. Tiene claro que pese a que aquello fue una proeza ante el equipo de Rijkaard, lo de ahora es un reto aún más complicado. «Aquel Barcelona era un equipo impresionante con jugadores increíbles como Ronaldinho y con un Messi que empezaba pero que ya apuntaba lo que iba a ser. Pero ahora creo que este Barça es superior por el factor Messi. Un equipo donde él juegue es siempre el más difícil», avisa. Asume que «el Barcelona es el claro favorito», porque «es el mejor equipo del mundo, y con los tres de arriba son prácticamente imparables, pero nosotros no tenemos miedo».
Allí brilló, donde además de una Liga y una Community Shield escuchó hablar de una leyenda que los aficionados han convertido en dogma: la 'ley del ex'. Es esa que el futbolista que juega contra su exequipo siempre marca. «No sé si esa ley se cumple a rajatabla», dice con una sonrisa, y además avisa que «en este caso yo soy un cedido del Barça, no un ex». Eso sí, reconoce estar decidido a hacerlo. «Lo que sí tengo claro es que si juego daré lo mejor de mí para que gane el Sevilla. Es mi obligación como profesional y por respeto al Barcelona, que me cedió para que pudiera hacerme mejor jugador», afirma. No quiere hablar de ello, pero tiene claro que si marca posiblemente será el gol más mediático de su carrera. «Está claro que marcar en una final es un hito importante en la carrera de cualquier jugador, pero por ahora me quedo con el gol al Zenit en la pasada Europa League. Ese gol lo recuerdo con mucho cariño porque fue un pequeño granito de arena para que pudiéramos seguir y salir campeones de la competición». Y gracias a ello estar en Tiflis. «Nos gustaría comenzar la temporada levantando un título y vamos a ir a por todas».
Y es que Denis Suárez cree que su equipo llega mucho mejor a esta final de la Supercopa que a la anterior en Cardiff. «El año pasado llegamos a la Supercopa con tan sólo dos incorporaciones. Este año estamos mejor. Va a ser diferente. Los nuevos llevan dos o tres semanas entrenando y saben lo que quiere el míster», desvela. Cumplirá su segunda campaña en Sevilla y en teoría debería volver en julio del año que viene al Barcelona. Pasará a tener una claúsula de 35 millones y estará a las de Luis Enrique, que ahora le teme tras pensar en verano que en Tiflis estaría a sus órdenes.
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