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Contador, a su llegada a la meta después de caerse en el último kilómetro de la séptima etapa de la Vuelta.
Contador no tira la toalla
LA VUELTA

Contador no tira la toalla

El madrileño se sobrepone a la gran caída de ayer, a 500 metros de la meta, y tomará la salida de la octava etapa que acaba en la ascensión a La Camperona

J. Gómez Peña

Sábado, 27 de agosto 2016, 10:40

Un roce entre el belga Tost van der Sande y el lituano Gediminas Bagdonas a 500 metros de la meta de ayer en Puebla de Sanabria sirvió para que Alberto Contador diera con los huesos en el suelo. El ciclista de Pinto reconocía ayer la gravedad de la caída, «tengo el costado izquierdo reventado», maldecía. Caído como en el pasado Tour. Otra vez rebozado en golpes. El madrileño, maillot roto, salpicado con su sangre, agarró un botellín y lo estampó contra el suelo. «Alguno no sabe usar el freno», acusó. Maldecía. Cabeceaba con los dientes prietos por su mala fortuna en ese giro final. «Alguien me ha empujado y me ha tirado».

Al margen del culpable, de los bandazos y del temible efecto dominó en el pelotón, lo cierto es que Contador salió rebotado, patinó, se raspó la piel y se clavó en el muro que evitó su baño en el río. Del Tour se fue por un golpe así, pero no quiere abandonar la vuelta del mismo modo. Con la cadera y el codo «reventado», el ciclista madrileño ha decidido esta mañana que seguirá compitiendo. El tratamiento recibido a base de hielo, masajes y radiofrecuencia ha mitigado en parte el dolor hasta el punto de que seguirá sobre la bicicleta.

Además del dolor, Alberto Contador suma además pocas horas de descanso ya que durante parte de la noche se ha sometido al tratamiento. «He dormido poco y mal», ha indicado esta mañana. «Tengo tocado el gemelo de la pierna izquierda y confío en que no sea como en el Tour una rotura muscular y que sea sólo una contractura», señaló. El de Pinto hará rodillo antes de comenzar la etapa y confía en que con el paso de los kilómetros el músculo entre en calor y se reduzca el dolor, aunque se ha mostrado «preocupado».

Golpeado y con dolor, Contador afrontará hoy una etapa llana que acaba con la ascensión a la Camperona, mañana, al Naranco y, el lunes, los Lagos de Covadonga. «Esto se complica».

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