J. Gómez Peña
Sábado, 22 de abril 2017, 10:29
El pasado lunes ganó la primera etapa del Tour de los Alpes y se vistió de líder. El martes perdió el liderato, por lo que a Michele Scarponi se le planteó un problema. Sólo tenía un maillot de líder y en casa le esperaban ... sus dos gemelos. «Necesito otro maillot», bromeó.
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El viernes acabó cuarto en la clasificación final de esta carrera alpina y volvió a casa, a Filottrano, en Ancona. A jugar con sus hijos. Y a descansar para el Giro de Italia -la carrera que ganó en 2011 por descalificación de Contador-, que comenzará el 6 de mayo. Por eso, hoy a las ocho de la mañana ya estaba en la bicicleta, entrenándose. Apenas había iniciado la sesión cuando impactó con una furgoneta en un cruce. El choque fue brutal. Según el diario italiano Il Resto del Carlino, que cita fuentes de la policía italiana 'Carabinieri', la furgoneta se saltó un ceda el paso o un stop, lo que provocó el trágico desenlace. El conductor del vehículo, conocido de la familia, no vio a Scarponi.
Cuando llegaron los servicios médicos trataron de reanimarle sin éxito. Michele Scarponi ha muerto en el acto, con 37 años. Deja atrás 17 temporadas como ciclista profesional, victorias en el Giro, la Volta y la Tirreno-Adriático, y a sus dos gemelos.
A Scarponi, de nariz aguileña, le llamaban 'El Águila' en su pueblo. Siempre fue ciclista, desde que en la primera comunión le regalaron una bicicleta Bianchi. Ganó el campeonato juvenil de Italia y en 2002 dio el salto al pelotón profesional, en el Aqua e Sapone. El ciclismo descubrió a un gran escalador, un buen líder y un extraordinario gregario, como demostró en el equipo Liberty de Manolo Saiz.
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En su palmarés figura el Giro de Italia de 2011. En aquella edición, Scaroni nada pudo hacer ante la mejor versión de Alberto Contador. Pero el madrileño fue luego suspendido por el caso positivo del Tour de Francia de 2010 y le anularon el triunfo en el Giro 2011, el de Scarponi. Ahora, en la fase final de su carrera, el ciclista italiano escoltaba a Fabio Aru, líder del Astana. Pero una lesión del joven corredor sardo, que no podrá estar en el próximo Giro, había aupado de nuevo al liderato a Scarponi, tan ilusionado como siempre con el reto. Por eso, por dar la talla en el Giro ante Quintana, Nibali y Landa, ha salido esta mañana a entrenarse.
Lo hacía a menudo acompañado de un loro, Frankie, que le seguía por las carreteras de Filottrano. Desde hoy, Frankie buscará en vano ese maillot azul celeste que volaba con él cada mañana. Le echará de menos, como el ciclismo, que vuelve a estar de luto por un accidente de tráfico.
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